Los niños, testigos y víctimas del conflicto interno en Siria
Alepo.-
“¿Si tengo miedo? No, ahora estoy acostumbrado”, cuenta Ahmed, de 12 años, mientras juega al fútbol en un barrio de Seif al Dawla, a solo cientos de metros del frente de Alepo, escenario desde hace más de dos meses de combates y bombardeos incesantes.
Desde que su familia abandonó la casa en el barrio de Salhin, bombardeado regularmente por la aviación y la artillería del ejército sirio, Ahmed vive con sus dos hermanas, su hermano pequeño, sus padres y sus tíos en la casa del abuelo.
Al igual que muchos niños sirios, Ahmed no va al colegio a causa de la violencia. “Mi escuela fue destruida y tal vez mi casa lo sea también dentro de poco”, explica con calma.
Su voz tiembla un poco cuando recuerda el ataque aéreo que pulverizó el lunes dos edificios residenciales del barrio de Maadi, en el centro histórico de Alepo, causando cinco muertos, según la ONG opositora Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
“Mi tía murió con sus dos hijas. Los bombardearon y su casa se derrumbó. Solo sobrevivió mi tío, y tiene todo el cuerpo lleno de heridas”, cuenta Ahmed. Su madre precisa: “Mi cuñada fue encontrada muerta con sus dos niñas, también muertas, en sus brazos”.
La ONG “Save the children” advirtió recientemente que muchos niños sirios, testigos de asesinatos, torturas y otras atrocidades, están “traumatizados” por el conflicto, que desde que comenzó en marzo de 2011 dejó unos 30.000 muertos, entre ellos más de 2.000 niños.
En el salón de la casa, Shahad, de ocho años, Aya, de siete, y Hammud, de tres, dan trozos de pan a un gatito que se ha colado en la casa. “Por la noche, mientras dormimos, papá y mamá vienen a despertarnos si hay bombardeos”. “Al principio nos asustábamos, ahora ya no”, dice Aya, pero Shahad, en cambio, aún tiene miedo.
En este contexto, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) pidió ayer fondos por $ 44 millones para ofrecer educación básica a los miles de niños sirios refugiados en los países vecinos.
La Cruz Roja Internacional, por su parte, alertó que la situación humanitaria se ha deteriorado de forma rápida durante septiembre en Siria y la violencia continúa sobre todo en las dos principales ciudades del país, Damasco y Alepo, así como en Homs y Deir al Zur.
Y mientras los combates entre el régimen y los rebeldes sirios continúan, Estados Unidos comprometió ayer una nueva ayuda de $45 millones para la oposición, durante una reunión en Nueva York de un grupo de países para discutir modos de acelerar la caída del régimen del presidente Bashar Al Asad.