El Ejército asumió el control del Gobierno y decretó el toque de queda para “restaurar la paz y el orden” y poner fin a la crisis que vive el país desde noviembre.

El Ejército de Tailandia dio ayer un golpe de Estado, dos días después de declarar la ley marcial. El jefe del Ejército justificó la decisión bajo el argumento de que busca impedir más muertes y una escalada del conflicto entre detractores y simpatizantes del Gobierno, tras más de ocho meses de protestas casi diarias en las calles.

“En el interés de la ley y el orden, asumimos los poderes. Por favor, permanezcan en calma y continúen con sus quehaceres diarios”, expresó el jefe del Ejército tailandés, Prayuth Chan-Ocha, en un anuncio televisado.

El Ejército suspendió la Constitución después de derrocar al primer ministro Niwattumrong Boonsongpaisan, a quien ordenó presentarse ante el nuevo régimen, que ha tomado el nombre de Consejo Nacional para el Mantenimiento de la Paz y del Orden.

Prayuth tomó el control tras una reunión de las facciones enfrentadas entre sí por el poder: los “camisas rojas”, que apoyan a la saga Shinawatra y la mayoría es de población rural y clase obrera de Bangkok; y los “camisas amarillas”, vinculados a la élite política y económica que ha gobernado siempre Tailandia. (EFE/AFP)