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Los laboristas británicos libran 'guerra' interna

El líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn (izq.), debate con el diputado Owen Smith (der.) en Cardiff, en el sur de Gales.
El líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn (izq.), debate con el diputado Owen Smith (der.) en Cardiff, en el sur de Gales.
Foto: cortesía
15 de agosto de 2016 - 00:00 - Leonardo Boix, corresponsal en Londres

El conflicto se agudiza en el Partido Laborista británico, que cayó en una profunda crisis interna tras el referéndum por la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE), llamada brexit.

Jeremy Corbyn fue atacado abiertamente por su principal contendiente al liderazgo de la agrupación, Owen Smith, quien lo acusó de provocar una crisis sin precedentes dentro del partido. Ambos se enfrentaron en un debate televisivo la noche del pasado jueves.

Un día después de que el jefe laborista fue acusado por su vice, Tom Watson, acerca de una supuesta “infiltración de fanáticos Trotskistas” dentro de la agrupación, Smith dijo que Corbyn quiere regresar “a la política de los años 80 con protestas callejeras” y terminar cada vez más alejado del poder.

Los afiliados al Laborismo decidirán en las próximas semanas -el 22 de agosto- si apoyan a Corbyn para mantener su puesto, o lo reemplazan por Smith.  

“Sabemos cómo termina esto, Jeremy, y no termina bien para los trabajadores de Gran Bretaña”, señaló Smith en el debate público organizado en Gateshead, en el norte de Inglaterra.

“No se trata de llevar camisetas con eslóganes o prendedores con insignias en nuestras solapas. Se trata de volver al poder”, subrayó el contendiente a la jefatura del Laborismo, de 46 años.

Cuando Corbyn criticó a Smith por haber renunciado como ministro de Trabajo y Pensiones en la sombra, el legislador que representa la circunscripción electoral de Pontypridd respondió que decidió renunciar “porque Corbyn no puede llevar al partido al poder, incumpliendo su tarea básica de trabajar junto a sus colegas”.

“Socavas a nuestros colegas en cada momento”, le dijo Smith.

Corbyn, de 67 años, enfrentó el mes pasado la renuncia de una veintena de sus ministros en la sombra y la quita de confianza de gran parte de su bloque parlamentario, al considerar que el veterano político carece de las habilidades necesarias para ganar las elecciones generales.

Sin embargo, el líder laborista sostiene que en septiembre pasado ganó las internas del partido con una amplia mayoría de votos de afiliados, y que ello es suficiente para legitimar su mandato.

El principal problema de Corbyn es que cuenta con un gran apoyo de los jóvenes afiliados laboristas, pero cada vez menos sostén de su banca parlamentaria, la cual es clave para hacerle frente al gobernante Partido Conservador.

La crisis interna dentro del Laborismo se desató en junio pasado tras la victoria del ‘Brexit’ en el referéndum por el futuro de Gran Bretaña en la UE, luego de que el líder laborista no logró convencer al electorado británico de seguir dentro del bloque comunitario.

Muchos acusan a Corbyn de haber hecho una campaña débil y poco convincente al respecto, en gran parte por sus propias dudas acerca de la membresía británica en la UE.

El Laborismo también enfrenta una serie de demandas judiciales por haber prohibido que aquellos que se afiliaron al partido en los últimos seis meses puedan votar en las internas de septiembre. Ello excluiría del voto a unos 130.000 afiliados, en su mayoría simpatizantes de Corbyn.

Smith, que decidió abandonar su tono cauteloso y lanzar un ataque directo a su contrincante, afirmó que si gana las internas del Laborismo, le ofrecerá a Corbyn un puesto en el gabinete en la sombra.

“Nuestro partido es fuerte, es un partido grande, y nuestras habilidades para hacer campaña son inmensas si trabajamos juntos. Tenemos que construir y transformar nuestra sociedad, dándole a la gente la confianza acerca de que las cosas pueden hacerse de una forma diferente en Gran Bretaña”, agregó.

Tanto Corbyn como Smith se pusieron de acuerdo en varios puntos, como mejorar el salario mínimo, aumentar las ayudas a familias con hijos y combatir los planes del gobierno para recortar el gasto público.

También hablaron de luchar contra la injusticia social y aumentar los impuestos para los más ricos.

Sin embargo, expresaron diferencias sobre la renovación del programa de misiles nucleares Trident, que Corbyn rechaza y Smith apoya por considerarlo parte de un “desarme multilateral”.

“Corbyn tiene muchos eslóganes y usa mucho la retórica, pero carece de políticas y soluciones. Esa retórica puede que gane adeptos entre los afiliados, pero no hará ganar circunscripciones electorales clave como Nuneaton, Cardiff North y Milton Keynes”, lanzó Smith.

Con respecto a Europa, Smith indicó que Corbyn no luchó suficientemente contra el ‘Brexit’: “Nunca apoyó la idea de permanecer en la Unión Europea, nunca le gustó esa posibilidad”.

Corbyn, que durante años fue un escéptico de la UE antes de apoyar la permanencia dentro del bloque durante la campaña previa al referéndum, le increpó a su rival: “¿Se está volviendo un experto en leer la mente de otros?”, a lo que Smith respondió: “No necesito serlo, usted nos reveló su posición durante 40 años”.

Lo cierto es que los principales sindicatos, entre ellos Unison, decidieron apoyar a Corbyn en la contienda interna, aunque uno de los gremios que representa a los trabajadores estatales, GMB, optó por Smith.

A pesar del apoyo del sector sindical, el secretario general de Unison, Dave Prentis, advirtió que las peleas internas del Laborismo están haciendo que la agrupación opositora “se vuelva el nuevo partido desagradable” de Gran Bretaña.

Los problemas del Laborismo están haciendo que más británicos opten por los conservadores, de acuerdo al último sondeo de opinión elaborado por la consultora TNS.

Dicha encuesta concluyó que el 44% de los británicos apoya a la actual primera ministra, la conservadora Theresa May, solo un 16% a Corbyn, y 24% a ninguno de los dos.

El sondeo concluyó que en caso de unas elecciones generales, los conservadores obtendrían el 39% de los votos, comparado con el Laborismo, con el 26%. Esa es la peor medición para los laboristas desde 1982.

Otra encuesta, de la consultora YouGov, ubicó a los conservadores en el primer puesto, con el 38% de los votos, delante de los laboristas, con el 31%. (I)

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