La Habana.- Los diálogos de paz que el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC desarrollan en Cuba siguen estancados en el tema agrario, donde hay avances, pero ningún resultado concreto en unas conversaciones que, según los negociadores del presidente Juan Manuel Santos, van a un ritmo “lento”.

La mesa de diálogo de La Habana concluyó ayer su octavo ciclo de conversaciones sin haber cerrado aún el debate sobre el desarrollo agrario integral, el primer punto de la agenda del proceso, que inició el 20 de noviembre pasado y que el gobierno de Santos aspira  concluyan  a finales  de este año.

Ambas partes insisten en que se han producido “importantes avances” y que hay un borrador de acuerdo sobre cuestiones como el desarrollo social en el ámbito agrario, infraestructuras y adecuación de tierras.

Pero el ritmo de las conversaciones es “insuficiente” e “inconstante”, según el grupo de negociadores del Gobierno, que lidera el ex vicepresidente colombiano, Humberto de la Calle, quien instó a agilizar el diálogo.

“Podríamos haber avanzado mucho más. El deseo de avanzar no es suficiente: hay que llevarlo a la mesa y convertirlo en realidad” y “la opinión pública reclama resultados” fueron algunos de los mensajes que lanzó ayer De la Calle a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), al evaluar el desarrollo de este último ciclo del diálogo.

Por su parte, los delegados de la guerrilla aseguran estar satisfechos con los logros alcanzados y ven posible, sin ser categóricos, que a lo largo del mes de mayo pueda cerrarse el tema de la tierra y pasar al de la participación política de las FARC una vez superado el conflicto.

De hecho, esta semana en Bogotá se celebró un foro ciudadano, organizado por Naciones Unidas y la Universidad Nacional de Colombia, que ha generado al menos 400 propuestas para la transformación de la guerrilla en un grupo político, siempre que firme la paz con el Gobierno colombiano.

Los negociadores de la guerrilla esperan con expectación la llegada de esas propuestas a la mesa de diálogo de La Habana y consideran que la celebración de ese foro demostró que es necesario “establecer una verdadera democracia en Colombia”, según un comunicado que leyó en La Habana el número dos de las FARC, Iván Márquez.

Las FARC, con unos 8.000 combatientes, es la guerrilla más antigua de América Latina y se la responsabiliza del secuestro de 1.700 personas de un total de 6.880 que fueron plagiadas en la última década, en Colombia.

En este contexto, Márquez subrayó que el grupo rebelde está dispuesto a revisar posibles errores cometidos durante varias décadas de guerra en Colombia, pero descartó pedir perdón al gobierno, a quien consideró el verdadero “victimario”.       

Por su parte, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, advirtió a los líderes de las FARC que se encuentran en Cuba que deben cambiar “las balas por los votos” -en alusión  a su posible inclusión en actividades políticas- porque mientras no se firme un acuerdo de paz, la fuerza pública continuará con la ofensiva en  el país.

Tras concluir el octavo ciclo de las negociaciones, Gobierno y guerrilla volverán a sentarse en la mesa de diálogo de La Habana el próximo 15 de mayo.