Los cuervos han reaparecido en roma
Los cuervos vuelven a volar bajo en el Vaticano y truncan las reformas propuestas por el Papa Francisco
“Aquí la gracia de Dios es mucha, pero el demonio está en persona”, describe en su libro Vía Crucis, Gianluigi Nuzzi. Era la broma interna más frecuente en la comisión de la que formaban parte los dos ‘cuervos’ vaticanos (el cura Lucio Ángel Vallejo Balda y la comunicadora Francesca Chaouqui).
En la jerga romana, los cuervos son aquellos curas o funcionarios del Vaticano que traicionan al Papa porque este se ha ido en contra del stablishment. Cuando renunció Benedicto XVI, por ejemplo, se dijo que lo hacía acosado por los cuervos. Tras la publicación de dos libros que revelan el despilfarro de algunos cardenales en el escándalo conocido como VatiLeaks, el papa Francisco advirtió que no se puede hablar de pobreza y luego llevar ‘una vida de faraón’.
“La Iglesia debe hablar con la verdad y también con el testimonio, el de la pobreza. No es posible que un creyente hable de pobreza y de los sin techo y lleve una vida de faraón”, clamó el Pontífice.
“En la Iglesia hay algunos que en lugar de servir, de pensar en los demás (...) se sirven de la Iglesia. Son los arribistas, los que están apegados al dinero. ¿Cuántos sacerdotes y obispos de este tipo habremos visto? (...) Es triste de decir, ¿no?”, añadió en una homilía.
Los libros antes citados sacaron a la luz, gracias a documentos confidenciales, la gestión calamitosa de las finanzas vaticanas y el despilfarro de algunos prelados, instalados en lujosos apartamentos.
Para el vaticanista italiano Alessandro Notarnicola, el Vaticano ya no tiene una imagen de una institución encaramada en la tradición histórica y limitado por un protocolo que durante mucho tiempo censuró la palabra y la actuación de los papas.
El actual panorama del Vaticano es bastante parecido al de 1959 cuando el papa Juan XXIII pedía la celebración del Concilio Vaticano II. Su gobierno también se enfrentó con el resto de la curia y redujo los altos estipendios. Fue la primera vez en la historia que se nombró a cardenales indios y africanos.
“Manejar las leyes en los actuales tiempos no es nada fácil, por esta razón los cardenales electores en el último cónclave fueron previsores y eligieron como sucesor de Benedicto XVI a un jesuita, un hombre de fe, obediente, pastor y peregrino que no le gustaba la parafernalia de la alta sociedad. Él es como un padre dedicado a su familia, el pueblo”, explica Notarnicola.
“Francisco ha colocado su pontificado bajo la protección de sus predecesores a sabiendas de que la suya no era una tarea fácil, ya que -de alguna manera- se ve como la continuación del pontificado anterior. No es casualidad que desde su primer discurso en la Plaza haya pedido que rezaran por él, un signo de gran humildad”, enfatiza el vaticanista italiano.
El también excolaborador de la revista ‘Sismógrafo’, que se ocupa de la información católica, califica como una pena que estas historias (libros) manchen meses de arduo trabajo en la iglesia.
“Estos meses fueron esenciales para la Iglesia Católica y para el mundo entero. Los avances en el Sínodo de los Obispos sobre la familia, los viajes del Santo Padre a países como Ecuador, Bolivia, Paraguay, (Francisco está muy apegado a estas realidades en América Latina), el deshielo histórico entre los Estados Unidos y Cuba y el diálogo con los hermanos Castro, y el jubileo especial de la Misericordia cuyo objetivo fue unificar, fueron vitales”, menciona.
Esos fueron los logros en meses pasados, pero en estos días al Papa solo se le acumulan polémicas y escándalos. El primer gran golpe que recibió fue lo que se percibió como una derrota suya en el Sínodo de la Familia.
El Papa abogaba por un perdón de los divorciados. Los sectores progresistas esperaban que de la reunión saliera una fórmula que permitiera a los divorciados volver a la Iglesia. No pasó eso y al último hasta Francisco lanzó una crítica velada a los obispos conservadores.
Luego vino el perdón a los Legionarios de Cristo, la congregación creada por Marcial Maciel, un verdadero monstruo sexual que durante años fue amigo cercano de Juan Pablo II y que Benedicto XVI apartó del poder.
Francisco, que fue el principal impulsor del primer juicio en el Vaticano por pederastia, perdonó a una congregación acusada de manejarse como una verdadera mafia. Ante las críticas de los progresistas los analistas hicieron un ejercicio de real politik.
Los vaticanistas llegaron a la conclusión de que gobernar la Iglesia y buscar cambios dentro de ella es sencillamente imposible sin la venia de los Legionarios, debido a su poder político y económico. A manera de ejemplo, serán ellos los que organizarán el viaje de Francisco a México el próximo año.
Y ahora llega el escándalo de las finanzas luego del voto de humildad que ha hecho Francisco desde el primer día de su pontificado.
Según las publicaciones, por cada 10 euros, durante 2013 y 2014, solo 2 euros eran utilizados para obras de caridad. ‘Vía Crucis’ lo detalla: de los 53,2 millones de euros obtenidos por el Óbolo de San Pedro en 2012, 35,7 millones (67%) se destinaron a la curia romana, 6,3 millones (12,4%) se guardaron como fondos de reserva y solo unos 11 millones se destinaron a obras de caridad.
Esto fue descubierto después de una investigación a fondo de Coşea, la comisión de investigación sobre las finanzas del Vaticano creada por Francisco en julio de 2013 y de la que formaban parte Vallejo y Chaouqui.
La acción reformadora
El especialista Alessandro Notarnicola, que escribe el blog Dentro de las murallas, recuerda que la reforma de la curia vaticana comenzó bajo el Papa Benedicto XVI. Es él quien comienza con el viaje de ajuste progresivo del Vaticano y de la legislación contra el lavado de dinero del IOR, conocido como Banco del Vaticano.
Pero Benedicto XVI dimitió en febrero de 2013 desalentado, según muchos vaticanistas, por la amplitud del trabajo pendiente en materia de reforma de la Curia, y debilitado por la filtración de su correspondencia privada, promovida por los ‘cuervos’.
El nuevo escándalo, revelado esta semana, fue rápidamente bautizado por la prensa italiana como VatiLeaks 2, aunque difiere mucho de la primera “entrega”.
El chisme, la controversia, y las especulaciones en los medios no colaboran a esclarecer los hechos. “Bergoglio está profundamente entristecido por las infidelidades de dos sospechosos de los segundos VatiLeaks. Pero no está preocupado por el contenido de las cartas de las publicaciones (libros)”, explica el especialista.
Notarnicola menciona que todo lo que salió en los libros publicados por Nuzzi y Fittipaldi ya se sabía desde el Vaticano que está haciendo su propia investigación.
Lo cierto, según escribió en el diario Avvenire la periodista Stefania Falasca, amiga de Bergoglio desde hace décadas, es que “tal vez ningún otro pontífice de la historia reciente haya luchado tanto contra este mal (los chismes y la cizaña), y con un lenguaje tan punzante y eficaz”. Además, prosigue Falasca, “el mal bífido producto de las cléricas envidias, como la definió el célebre teólogo Haring en tiempos del Concilio Vaticano II, es conocido por todos”.
En una entrevista con La Nación, Gianluigi Nuzzi aseguró que su nuevo libro “no está ni a favor ni en contra del Papa”, sino que es un documento de investigación que deja al descubierto a los que se oponen a las reformas de Francisco.
En esa detallada resistencia a los cambios que sacó a la luz, el autor también destacó la existencia de “mala fe y acciones de verdadero sabotaje”.
¿Hay una conspiración?
Pese a los acontecimientos, Alessandro Notarnicola, dice que Francisco “no cree en la existencia de una conspiración. Así que no hablamos acerca de la trama, pero podemos afirmar con razón que no todos parecen estar satisfechos por estos cambios”.
Al respecto el Pontífice expuso con dureza la lista de las 15 enfermedades de la Curia en la tradicional reunión previa a la Navidad con sus colaboradores más cercanos en el servicio de la Iglesia. (I)