El Partido Conservador de la primera ministra británica, Theresa May, arrasó el jueves en las elecciones municipales de Inglaterra, Gales y Escocia, al obtener 1.300 concejalías, en tanto la oposición laborista perdió más de 300 concejales, como también el control de su bastión histórico de Glasgow.

Las elecciones municipales, que son consideradas como “termómetro” para los comicios nacionales del 8 de junio, le permitieron a la agrupación oficialista ampliar con solidez su ventaja sobre los laboristas, como también arrasar con el euroescéptico Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP).

En total, los conservadores mantuvieron más de 900 escaños en concejalías y lograron posicionarse con otros 400 en 21 alcaldías.

Por el contrario, el Laborismo de Jeremy Corbyn obtuvo unos 750 puestos en concejalías, perdiendo más de 270, entre ellas Glasgow, Bridgend y Blaenau Gwent, señal de una posible derrota histórica en las elecciones generales.

La tercera fuerza política, los Liberales Democráticos, ganó 320 puestos de concejales.

El UKIP, el gran perdedor de la jornada electoral, solo obtuvo una concejalía, perdiendo más de 100 de las que había conquistado en las previas elecciones municipales. (I)