Con los resultados definitivos del proceso participativo sobre la mesa, las fuerzas políticas dominantes en Cataluña inician ahora un nuevo camino en busca de la independencia y abogan por dos posibilidades: un referéndum de autodeterminación pactado y legal y las elecciones inmediatas.

Madrid ya sabe que más de 2 millones de catalanes han desobedecido y volverían a desobedecer las leyes para provocar un cambio político en la región, algo que parece inevitable y que podría acelerarse en los próximos meses. Desde la capital del Estado se continúa sin dar valor a las cifras proporcionadas por el gobierno catalán, unos números que se asemejan a la participación del referéndum por la Constitución Europea de 2005 y las elecciones al Parlamento Europeo de mayo pasado. El Gobierno español cree que el voto de un 36% del censo “es inútil y estéril” y no moverá un dedo para dar validez a la consulta catalana, como tampoco para establecer ninguna conversación favorable a los intereses de Cataluña.

El presidente Artur Mas y su Gobierno admitieron el domingo, tras los resultados, que el proceso no había terminado y que haría falta dar credibilidad a los números con una negociación con el Estado español, concretamente con su presidente Mariano Rajoy. Mas cree que la mejor manera de plasmar el éxito del proceso participativo del 9 de noviembre es conseguir, de forma consensuada con el Gobierno central, un referéndum de autodeterminación pactado y legal, como se hizo en Escocia el pasado 18 de septiembre, algo que por el momento parece inviable, tal y como aseguró el coordinador de su partido Josep Rull.  

Por otra parte, el partido de la oposición, pero que ahora tendría más fuerza parlamentaria según las encuestas del CIS, Esquerra Republicana de Catalunya, aboga por las elecciones inmediatas, unos comicios que sin duda alguna tendrían carácter plebiscitario y que contendrían la declaración unilateral de independencia en caso de mayoría.

La secretaria general del partido, Marta Rovira, aseguró que “la única respuesta al clamor que nos dieron los ciudadanos es celebrar unas elecciones constituyentes para construir la independencia, abrir un proceso constituyente y establecer un gobierno de transición”.

Rovira descarta también la negociación con el Gobierno español: “Ya se han intentado todos los caminos con el Estado, hemos pedido 16 veces el referéndum”.   

En todas las elecciones y referéndums el resultado final acaba siendo el definitivo, pero en este caso la situación es distinta. Una gran mayoría dentro de los partidarios del NO a la independencia se quedaron en casa y no acudieron a las urnas, tal y como se había pedido desde los partidos contrarios a la consulta y fieles de obedecer al Tribunal Constitucional, con lo cual este 80% favorable a la independencia no acaba por ser el resultado más fidedigno.

En las últimas elecciones autonómicas, en 2012, la participación se cerró en 3,6 millones, justo el doble de los votantes del pasado domingo, algo que hace pensar que los números cambiarían. Sin embargo, el ascenso de ERC en las encuestas como primera fuerza política, seguida por CDC, podría hacer posible una mayoría absoluta soberanista en el Parlament, con la declaración unilateral de independencia como prioridad.