Los jefes de Estado y de Gobierno de dieciséis países de la Unión Europea participaron en una cumbre informal para “buscar soluciones europeas” al problema del asilo y la inmigración. Este encuentro se realiza previo al que mantendrán el próximo 28 de junio para  forjar un acuerdo en el Consejo Europeo.

En la cita convocada por la Comisión Europea a petición de Berlín y que tuvo como sede Bruselas, los mandatarios de Francia, Alemania e Italia esbozaron sus planes para enfrentar la crisis política surgida en torno a la migración y que sin una solución podría, para muchos, hacer peligrar incluso el espacio de libre circulación europeo.

“Si queremos salvar la libre circulación dentro del espacio Schengen, (debemos) velar por un control real, estricto de las fronteras exteriores de la Unión Europea (UE)”, subrayó el primer ministro belga, Charles Michel.

La reunión se desarrolló  en un contexto de tensión con Italia, que rechazó el desembarco de un nuevo barco con migrantes socorridos en el mar a bordo, el “Lifeline”, así como el “Open Arms”, denunció esta última oenegé española.

Después de las críticas del ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, quien cuestionó la “arrogancia francesa” ante la situación migratoria, el presidente francés, Emmanuel Macron, respondió  que su país “no tiene que recibir lecciones de nadie”.

Él y el mandatario de España, Pedro Sánchez, se mostraron partidarios de crear centros cerrados para inmigrantes, pero no en países terceros sino en Europa.

Con la llegada de migrantes por mar en franco retroceso desde el tope de un millón de 2015, los europeos abogan en conjunto por aumentar la protección de sus fronteras, pero siguen sin ponerse de acuerdo sobre la dividida cuestión de su acogida dentro del bloque.

Tras finalizar la cumbre la canciller alemana, Ángela Merkel afirmó  que hay coincidencia en que “no se puede dejar solos” a los socios más afectados por la llegada de la inmigración irregular y dijo que los refugiados “no pueden elegir” en qué país piden asilo.

Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se ha mostrado esperanzado en que la Unión Europea llegue a un acuerdo común para hacer frente al problema de la inmigración después de esta cumbre, que ha calificado de “un paso adelante” en esa dirección.

El primer ministro maltés, Joseph Muscat, afirmó a su salida de la cumbre que el encuentro había sido “una señal de que hay voluntad de ir       hacia más cambios operacionales” en la política migratoria europea y que se había desarrollado “mejor de lo esperado”.

“Espero que cumplamos el objetivo de entendernos mejor los unos a los otros la semana que viene”, manifestó Muscat a la prensa, donde además recordó que “hay personas en el mar ahora mismo” y que “la situación escalará si no se toman decisiones en los próximos días.

En la misma línea se pronunció el primer ministro de Bélgica, Charles Michel, quien dijo que si los países continúan trabajando en los próximos días en “medidas realmente operacionales” será   posible conseguir “progresos” en el Consejo Europeo.

Michel instó en concreto a trabajar sobre la protección de las fronteras exteriores de la Unión Europea para conseguir una “solidaridad” europea “efectiva” en materia migratoria y a buscar acuerdos con países que no pertenecen al bloque de la UE. (I)