Cortizo pide a los panameños sanar las heridas
“Perdone que lo llame a estas horas, pero nos desplegamos en Panamá”. Así, con una llamada telefónica de madrugada, el presidente de Estados Unidos, George Bush padre, informó a otros líderes latinoamericanos de que Washington invadía Panamá.
En el país centroamericano, los bombardeos reducían parte de la capital a cenizas y 26.000 soldados comenzaban la invasión. Lo llamaron ‘Operación Causa Justa’.
La periodista Maruja Torres y el fotógrafo Juantxu Rodríguez estaban allí casi por casualidad. Preparaban un reportaje sobre la labor de los jesuitas españoles en América Latina.
“Nos fuimos a la cama y, de madrugada, Juantxu abrió la puerta que intercomunicaba nuestras habitaciones… ¡Qué están bombardeando!”, recuerda Maruja Torres en una entrevista en TVE.
“La ‘Operación Causa Justa’, que entonces yo no sabía nada de ella, la vimos desde un ventanal. Vimos como bombardeaban algo, que luego supimos que era El Chorrillo”, recuerda la periodista.
“Cuando por fin salimos con el chofer todo era tanques, controles, una violencia brutal, exagerada contra la población civil”, añade Torres.
La invasión, según el presidente estadounidense, pretendía capturar al dictador Manuel Antonio Noriega, un antiguo socio de la CIA. Había perdido el favor de Washington tras un año con acusaciones de fraude electoral, un intento de golpe de Estado y la muerte de un marine estadounidense. Noriega, incluso, llegó a declarar la guerra a Estados Unidos, aunque probablemente nunca esperó esta reacción.
El dictador escapó mientras en las calles reinaron los saqueos y enfrentamientos. Los bombardeos de Washington se centraron en el barrio de El Chorrillo, donde se encontraba el Cuartel Central de las Fuerzas de Defensa de Panamá, pero los soldados estadounidenses no encontraron resistencia.
Además de una enorme desproporción de tropas – 26.000 soldados estadounidenses frente a 12.000 panameños-, las tropas de Washington utilizaron armamento de última generación.
El resultado fue devastador. En el barrio de El Chorrillo, al menos 18.000 personas fueron desplazadas y más de 300 viviendas destruidas.
Documentos estadounidense desclasificados y publicados por primera vez esta semana reiteran las cifras de muertos conocidas desde entonces como oficiales: 202 civiles y 314 militares, la gran mayoría panameños, aunque en Panamá extraoficialmente se habla de entre 500 y 4.000 civiles fallecidos.
“Fue una demostración de fuerza”, asegura la periodista. “Una demostración de fuerza en la que cayeron muchísimos civiles y un fotógrafo llamado Juantxu Rodríguez”.
Pasar la página
El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, considera que es tiempo de que comience a sanar la herida que dejó la violenta invasión de Estados Unidos hace 30 años, y pidió a sus compatriotas dejar atrás las divisiones y seguir adelante.
“Luego de 30 años quiero hacer un llamado a todos los panameños, sin distingo de ideología política, para que todos entendamos que esta invasión dejó una herida en nuestra sociedad, pero ya es hora de que empiece a sanar esa herida”, señaló Cortizo en un discurso ofrecido en el Jardín de Paz de la capital.
Por ello, dijo el gobernante que asumió el poder el pasado 1 de julio para el quinquenio 2019-2024, su Administración decretó esta misma semana el 20 de diciembre como Día de Duelo Nacional, “para reconocer la pérdida, para acompañarlos (a las víctimas y sus familiares) en su dolor, y guardar luto como parte de un proceso de sanar”.
Cortizo encabezó un acto solemne en el Jardín de Paz, donde están enterradas víctimas de la invasión, que incluyó la colocación de ofrendas florales y el disparo de salvas en honor a los caídos. (I)