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Las visiones opuestas del futuro de Chile

Las visiones opuestas del futuro de Chile
Foto: AFP
10 de diciembre de 2017 - 00:00 - Alejandro Tapia, corresponsal en Santiago

Desde la segunda vuelta de 2010, cuando las elecciones presidenciales se definieron por tres puntos porcentuales a favor del centroderechista Sebastián Piñera (2010-2014), no había incertidumbre electoral en Chile.

Pero incluso en aquella ocasión, la mayoría pensaba que ganaría el actual candidato de la oposición, a diferencia de ahora, en la que ningún escenario se descarta.

Así se prevé que el próximo domingo 17 de diciembre la disputa entre Piñera y el abanderado de centroizquierda, Alejandro Guillier, sea voto a voto.

Pero quién ganará no es la única pregunta que atormenta a los chilenos, sino cuánto cambiará el país si triunfa uno u otro.

Como hace tiempo no ocurría, se ha generado una profunda polarización política, que incidirá en el resultado final. Aunque algunas personas críticas del sistema político-económico opinan que sea quien sea el que reemplace a Michelle Bachelet en marzo, el “modelo económico y social” no cambiará, hay muchos matices y visiones radicalmente opuestas del país entre Piñera y Guillier.

Como las encuestas se equivocaron de manera estrepitosa en las elecciones del 19 de noviembre pasado y como desde 2012 el voto es voluntario en Chile, nadie sabe a ciencia cierta quién puede ganar en el balotaje. Se habla de un “empate técnico”.

De todos modos, Piñera es el favorito: en la primera vuelta obtuvo el 36%, mientras que Guillier consiguió un 22%. Durante la contienda electoral, el ex-Presidente centroderechista y líder de la oposición a Bachelet, ha prometido que la situación económica mejorará durante su mandato, tal como ocurrió en su anterior gestión.

En ese sentido, el mercado apuesta a que un triunfo de Piñera provocará más crecimiento y más empleo. En 2013, el último año de gestión de Piñera, el crecimiento del PIB alcanzó un 4,0% y en 2012 un 5,2%, en parte gracias al buen precio del cobre.

También el candidato de centroderecha ha insistido en que durante sus cuatro años en La Moneda creó un millón de empleos, aunque en realidad esa cifra es 800 mil.

En 2017 la expansión de la economía chilena sería de un 2%, pero algunos analistas sostienen en que gane quien gane Chile volverá a recuperar la senda del crecimiento.

En el sector minero, Piñera podría chocar con Codelco, mientras que Guillier ha prometido que dejará parte de los millonarios tributos mineros en las regiones donde se explota el cobre.

Además, el candidato oficialista prometió que derogará la Ley Reservada del Cobre, que otorga un 10% de las ventas de la cuprífera a las Fuerzas Armadas.

Aunque Piñera y Guillier apuestan por la expansión económica, hay una gran diferencia y otra importante similitud. El primero está dispuesto a recortar programas sociales, bajar los impuestos a las empresas y finalmente desarrollar una serie de medidas que beneficiarían al 1% más rico del país. Gracias a la reforma tributaria de Bachelet el gravamen para las grandes empresas alcanzará un 27% en 2018, pero Piñera espera rebajar ese impuesto a 24%. La idea del candidato de Chile Vamos es alcanzar un crecimiento del 4%.

Guillier, por el contrario, pretende crecer económicamente, pero continuar con los programas sociales de Bachelet.

Principalmente, en educación, donde se ha comprometido a seguir con la gratuidad universitaria. Actualmente, gracias a la reforma de la Presidenta socialista, la gratuidad alcanza al 60% en la educación superior.

En la campaña por la primera vuelta, Piñera prometió mantener la gratuidad, pero en ningún caso llegar a la universalidad. Sin embargo, en un giro radical, ahora dijo que continuará con la gratuidad, siempre y cuando la economía crezca y solo para la educación técnica.

‘Chilezuela’

Finalmente ambos candidatos tienen una “visión país” completamente distinta. Piñera es pro-mercado y se encuentra a favor de un Estado más pequeño y “eficiente”, mientras que Guillier pretende regular el mercado, pero con un Estado más fuerte y “protector”.

Los seguidores de Piñera han llegado a decir que si gana Guillier, Chile se podría convertir en Venezuela.

A modo de broma, los que creen que ese discurso es exagerado, hablan de ‘Chilezuela’. Pero incluso el propio ex-Presidente acusó a Alejandro Guillier de parecerse a Nicolás Maduro.

“Cada día se parece más a Maduro”, dijo. Además lo tildó de “populista”.

Aunque en algunos funciona esta suerte de “campaña del miedo”, la mayoría sabe que Chile está muy lejos de tener un proceso político o de revolución a la venezolana. Ambos países son completamente distintos.

Hilando más fino y en materia laboral, Piñera propone alcanzar un máximo de 45 horas semanales, pero que puedan ser distribuidas en cuatro días. En la práctica, eso crea la posibilidad de pasar de nueve a 11 horas de trabajo diarias.

“Nuestra gran tarea, misión, compromiso, va a ser que Chile recupere su liderazgo y dinamismo. Que Chile vuelva a crecer con fuerza creando trabajos, buenos trabajos”, insiste Piñera.

Guillier, por su parte, quiere reducir la jornada laboral a 40 horas. “El crecimiento debe estar al servicio de las grandes mayorías y no al servicio de unos pocos. En nuestro Gobierno la economía funcionará para todas las familias trabajadoras, no solo para los más ricos”, repite Guillier.

Pero hay más diferencias. Piñera no habla de elaborar una nueva Constitución. Guillier, por ejemplo, apuesta a ello para reemplazar la heredada del régimen de Pinochet.

Es precisamente en ese tipo de proyectos en que se notan las diferencias en el tipo de país que cada candidato quiere construir.

Sin embargo, lo que ninguno contemplaba era que Beatriz Sánchez, la candidata del nuevo referente de izquierda, Frente Amplio, lograra un 20% en las elecciones presidenciales. Esta nueva alianza política se opone a la derecha pero también a la Nueva Mayoría oficialista. (I)

Datos

Sistema de pensiones
→En el nuevo Chile, a  partir de marzo de 2018, la pregunta es qué pasará con el sistema previsional y las administradoras de fondos privados, conocidas como AFP. Guillier y Piñera han propuesto modificar el sistema, no eliminarlo.

→8 temas serán abordados en 105 minutos, tiempo que durará el debate presidencial.

Gratuidad de la educación  
→La gratuidad de la educación superior  en Chile es para los alumnos que provengan de los hogares pertenecientes al 60% de menores ingresos del país, que no posean licenciatura, entre otros. (I)

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La migración, un problema nuevo en Chile

Otro factor clave en la definición para votar por uno u otro candidato es la creciente inmigración que ha vivido el país, con la masiva llegada de ciudadanos haitianos, venezolanos y colombianos. Hoy residen en Chile alrededor de 500 mil extranjeros. Que Chile sea visto como un país más o menos inclusivo y tolerante respecto al fenómeno migratorio depende de quién gane el balotaje.

Piñera ha dicho: “No tengo por qué aceptar a cualquier persona que quiera venir a Chile”. Distinta es la aproximación de Guillier sobre este tema: “Vengan de donde vengan, Chile es su nueva casa”. Pero hay diferencias incluso más profundas. Piñera es un político de centroderecha, que tras el regreso a la democracia se convirtió en senador y que lideró durante años el partido Renovación Nacional.

Locuaz, extrovertido y “vende humo” para sus detractores, es conocido por sus exageraciones y por prometer cosas que se sabe son imposibles de cumplir. Guillier, a su vez, es un novato en estas contiendas presidenciales. Recién entró en política en 2013 y es un completo outsider. Ni siquiera toda la Nueva Mayoría lo apoyó en primera vuelta. Sus detractores estiman que es un inexperto.

Pero si gana Guillier, representaría un rostro nuevo, alguien que no proviene de los partidos políticos tradicionales. Su carácter es introvertido y no es muy amigo de conceder entrevistas. Por eso sería inédito para el Chile actual tener un Presidente semiajeno a los partidos políticos, a diferencia de Piñera, que tiene a la derecha alineada sobre su figura.

Otro aspecto que genera diferencias entre uno y otro es, por supuesto, el ideológico. Históricamente Chile ha sido un país de raíz más centroizquierdista, aunque en las últimas décadas la centroderecha ha tenido un importante crecimiento. Esto es clave, ya que Piñera en La Moneda tiene una visión más individualista de la sociedad. Mientras Guillier como presidente podría apuntar a algo opuesto, a un país con un Estado preocupado de lo social y lo colectivo. (I)

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