La violencia repunta en Estambul tras dos semanas de protestas
Estambul fue escenario este martes de los choques más duros de los últimos once días entre agentes antidisturbios y manifestantes, cuando la Policía irrumpió en la plaza Taksim, epicentro de la ola de protestas antigubernamentales que sacude al país.
La carga policial más contundente se produjo en las zonas periféricas del emblemático recinto, epicentro de las protestas que tienen Turquía en vilo desde hace dos semanas.
Los agentes avanzaron con numerosas salvas de gas pimienta y chorros de agua a presión para dispersar a los miles de ciudadanos que se habían congregado en la plaza tras el fin de la jornada laboral.
Pese a que la carga logró desalojar la plaza, grupos de manifestantes regresaban continuamente y volvían a encararse con los agentes e incluso encendieron una gigantesca hoguera y lanzaron bengalas y fuegos de artificios contra los policías.
La intervención policial comenzó a primera hora de la mañana, cuando los agentes irrumpieron en la plaza por primera vez en 11 días.
Pronto se produjeron choques con manifestantes, que respondieron con adoquines y cócteles molotov a las andanadas de gas pimienta y los chorros de agua a presión de la Policía.
Al mismo tiempo, cientos de ciudadanos defendían la plaza con su presencia, sin emplear métodos violentos, y varios grupos se interpusieron incluso en algunos momentos entre los antidisturbios y los lanzadores de piedras, en un intento de calmar los ánimos.
Pronto circularon por la red rumores que atribuían el lanzamiento de bombas incendiarias a agentes infiltrados, que buscarían así dar a las fuerzas del orden un pretexto para tomar control no sólo de la plaza, sino también del adyacente parque Gezi, donde acampan desde hace once días miles de jóvenes.
El gobernador de Estambul, Hüseyin Avni Mutlu, había prometido reiteradamente que no haría ningún intento de desalojar el parque, convertido ya en una pequeña ciudad autogestionada, y cuya defensa de un proyecto urbanístico ha sido el origen de las protestas.
De hecho, poco después del mediodía, un nutrido grupo de agentes subió las escaleras que conducen al parque pero sin entrar en él.
Tras la operación policial de la tarde, el gobernador aseguró que un "grupo marginal" había atacado a los agentes y pidió a la gente que se alejara de esos radicales y abandonara la plaza y el parque por su propia seguridad.
"Tenemos informes muy serios respecto a la seguridad de la vida de nuestros hijos", advirtió.
Tras la brusca intervención policial en la plaza de Taksim, miles de personas de diversos barrios de Ankara empezaron a marchar hacia la céntrica plaza de Kizilay, para solidarizarse con los manifestantes de Estambul.
También hubo marchas en Esmirna, donde las protestas se han desarrollado estos días con menos intervención policial.
Las distintas intervenciones policiales han causado sorpresa ya que anoche el Gobierno anunció el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, se iba a reunir mañana con la Plataforma de Solidaridad con Taksim, para hallar una salida negociada al conflicto.
Al mismo tiempo se advirtió de que no se tolerarían más actos ilegales.
Una frase repetida hoy por Erdogan, quien culpó a la prensa internacional y a las redes sociales en internet de las violentas protestas, advirtiendo de que no habrá más tolerancia con los manifestantes.
"Insto a todos los activistas en el parque Gezi a entender lo que pasa y a que abandonen ese lugar", manifestó, antes de advertir de que "a partir de ahora no habrá más tolerancia".
Desde que comenzaron las protestas han muerto al menos cuatro personas, entre ellas un policía, indicó hoy el propio Erdogan.
Según informó el Colegio de Médicos, cientos de personas han resultado heridas hoy, cinco de ellas de gravedad.
La Bolsa de Estambul siguió resintiéndose de nuevo y marcó al cierre de la sesión una caída del 1,8 por ciento, hasta los 74,9 puntos, el valor más bajo desde el pasado 4 de diciembre.