La violencia recrudece en Siria, pese a visita de emisario de la ONU
Tras la matanza de 108 civiles perpetrada el viernes en Hula, centro de Siria, el domingo se registró otra masacre en Hama, ciudad que ha sufrido con especial virulencia la violencia que sacude el país.
Según la oposición, al menos 41 personas murieron desde el mediodía del domingo en el bombardeo de la ciudad, conocida por el crimen que en ella se perpetró en 1982, cuando más de 20.000 civiles perecieron a manos de las tropas de Hafez el Asad, padre del actual presidente.
Los carros de combate y los vehículos de infantería empezaron a abrir fuego contra algunos barrios de la urbe en respuesta a una serie de ataques de los rebeldes del Ejército Libre Sirio contra puestos de control y otras posiciones de las fuerzas del régimen, informó la oposición.
Entre los muertos figuran cinco mujeres y ocho niños, según un informe del Consejo de la Revolución de Hama. "Los carros de combate han derribado varios edificios cuyos habitantes han sido rescatados de entre los escombros, muchos de ellos en estado crítico", añadió el comunicado.
El atentado se registró horas antes de la llegada del enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, quien se mostró "horrorizado" por las noticias de nuevos ataques tras la matanza de Hula y exigió al Gobierno de Bashar Al-Assad detener la represión.
"Pido al Gobierno que dé un paso definitivo para demostrar que tiene la intención real de resolver esta crisis de manera pacífica", declaró Annan.
El también ex secretario general de la ONU, durante su visita, sostendrá encuentros con las autoridades sirias y la oposición para analizar el cumplimiento de su propuesta centrada en seis puntos, entre ellos un cese de la violencia armada.
Está previsto que Annan se reúna con el presidente Al-Assad, quien, entre otros temas, pudiera abordar la parcialidad que existe entre varios países al culpar a su gobierno de la gran escalada de la violencia, acusaciones que el régimen sirio ha rechazado enfáticamente y responsabilizado a grupos terroristas.
Más de 13.000 personas, en su mayoría civiles, han muerto violentamente en Siria desde mediados de marzo de 2011, cuando comenzó la revuelta contra el régimen de Al-Assad, informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
El Consejo de Seguridad de la ONU condenó el domingo el bombardeo sobre Hula que causó la muerte de al menos 108 personas, entre ellas niños.
El máximo órgano de seguridad internacional denunció la masacre con una declaración unánime de repulsa que contó también con el apoyo de Rusia y China, los principales aliados internacionales de Al-Assad, que por primera vez desde que comenzaran las protestas en Siria aceptaron condenar en el seno del organismo la violencia del régimen sirio.
El ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, acusó a los rebeldes sirios de tener parte de responsabilidad en la matanza de Hula.
Para estudiar las circunstancias de los sucesos, el Ministerio de Asuntos Exteriores sirio ha formado una comisión que dará a conocer sus resultados dentro de tres días.