La Unión Europea (UE) suprimirá en 2014 la ayuda al desarrollo de 19 países emergentes, entre ellos  11 latinoamericanos, con el fin de otorgar más fondos a países con mayor pobreza.

“Se trata de una evolución en nuestras relaciones con los países emergentes y apunta a ayudar a los países más pobres”, indicó el comisario europeo de desarrollo, Andris Piebalgs. El nuevo presupuesto europeo (2014-2020) contempla el cese de la ayuda a 19 países. En la lista figuran Argentina, Brasil, Chile, China, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Venezuela, México, Panamá, Perú, Uruguay, Irán, Tailandia, así como India e Indonesia, Kazajistán, Malasia y Maldivas.

Los programas de ayuda para Brasil aumentan a 61 millones de euros para el período 2007-2013 y los de Argentina a 65 millones de euros.

Sin embargo, si bien la UE dejará de  ayudar al desarrollo, continuará cooperando con esos países, en el marco de temas como el clima, equidad y derechos humanos, precisó Piebalgs. “Obviamente, quedan bolsones de pobreza en China”, reconoció Piebalgs, tras resaltar que  con países como este, es mejor adoptar un enfoque que le sirva a ambas partes, de igual a igual.

Para el período 2014-2020, la Comisión Europea propone un aumento del presupuesto de cooperación de 17%, estableciéndolo en 96.249 millones de euros. 

Además del desarrollo, esta suma incluye la ayuda a países candidatos a ingresar al bloque europeo, a vecinos de la UE o los fondos de cooperación en materia de seguridad nuclear. Estas propuestas tendrán que ser aprobadas por los gobiernos nacionales y por el Parlamento Europeo en 2012. Sin embargo, hay países que quieren limitar lo más posible los gastos europeos.

“Estas propuestas permitirán al presupuesto de la Unión Europea  contribuir de un modo comparable al anterior en relación al compromiso de la UE”, aseguró. En el marco de los Objetivos del Milenio, los países de la UE tienen como fin destinar el 0,7% del PIB para  ayudar al desarrollo en 2015.

Distintas ONG vinculadas con el desarrollo instaron a los países de la UE a aumentar los fondos para el crecimiento en tiempos de crisis. “Sería el peor momento para reducir la ayuda de la UE”, estimó Alexander Woollcombe, de ONE.

Para Laura Sullivan, de ActionAid, resulta problemático concentrar la ayuda en los países más pobres y no en las poblaciones más pobres. Por otra parte, los datos macroeconómicos ocultan la realidad de la pobreza dentro de los países, estimó Sarah  Johansen, de Concord, que agrupa a varias ONG.