El presidente de Brasil, Michel Temer, se juega hoy su sobrevivencia en el cargo a 15 meses de asumirlo: la Cámara de Diputados votará si acepta o rechaza la denuncia penal por corrupción hecha por el fiscal general, Rodrigo Janot, con lo cual la mayor economía latinoamericana puede ingresar en una nueva etapa de crisis política y social que parece no tener final.

El Gobierno confía en superar la elección y garantizar la continuidad del mandatario, ya que la oposición y los “infieles” necesitan juntar dos tercios de los votos (342 de 513) para aceptar la denuncia por corrupción.

Temer liberó al menos $ 5.000 millones en enmiendas parlamentarias desde mayo para diputados, un rito constitucional y dentro de la legalidad que los opositores denunciaron que se trata de una compra de votos.

La denuncia indica que Temer avaló y recibió sobornos por parte de la empresa frigorífica JBS. Como se trata del jefe del Estado, la cuestión es política y jurídica. Y por eso define la Cámara de Diputados. En caso de aceptar la denuncia, la Cámara Baja suspenderá por seis meses al presidente, lapso en el cual el Supremo Tribunal Federal deberá emitir un veredicto.

En otro capítulo que pone en jaque la estabilidad política brasileña, la sesión, para el oficialismo, debe ser un trámite rápido para evitar un desgaste mayor.

“Tendremos más de 240 votos y la denuncia será archivada. La acusación es de corte político y está hecha de una narrativa no basada en pruebas”, dijo ante una consulta de EL TELÉGRAFO el jefe de bloque del gobernante Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña, Luiz Baleia Rossi.

En caso de que la denuncia sea rechazada,e l fiscal Janot tiene otra por los delitos de lavado de dinero y asociación ilícita, la cual debe pasar por el mismo trámite. La denuncia fue rechazada a inicios de julio en comisión, donde venció el oficialismo. La denuncia está basada en la delación premiada de la empresa JBS, cuyo dueño, Joesley Batista, grabó en forma secreta a Temer durante una reunión en la residencia oficial del gobenrante el 7 de marzo pasado. Allí Temer supuestamente avala sobornos y le indica a su asesor Rodrigo Rocha Loures como destinatario de posibles ventajas. Después de esa reunión, la policía federal filmó a Rocha Loures recibiendo una maleta con 500.000 reales (150 mil dólares) en la ciudad de Sao Paulo, que el fiscal general entiende que eran parte de las coimas destinadsa a Temer.

Lo principal en la sesión de Diputado será obtener el quorum mínimo (342 diputados). El riesgo del gobierno radica en los “infieles”, sobre todo a 20 de los 46 diputados del aliado Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) del ex presidente Fernando Henrique Cardoso. El propio Cardoso, en mayo, cuando estalló la denuncia, pidió la salida de Temer, quien sin embargo se mantiene firme, en un escenario de ausencia de manifestaciones y profundización de la crisis, sobre todo porque la meta de déficit fiscal está siendo revisada por falta de recaudación.

“Nosotros queremos que este gobierno se termine rápido”, dijo el jefe del bloque del Partido de los Trabajadores, Carlos Zarattini, quien f ue acusado de buscar la falta de quorum para permitir la continuidad de Temer aunque muy debilitado.

Pero la oposición busca que la exposición pública afecte a los diputados: defender a Temer no es un buen negocio frente a los diputados que buscan la reelección el próximo año.

Es que el 81% de los electores brasileños está a favor de que la Cámara de Diputados acepte el miércoles la denuncia por corrupción contra el presidente, según una encuesta de Ibope. De acuerdo a la encuesta de Ibope Inteligencia, el 79% de los electores cree que los diputados que voten contra la denuncia de Temer son "cómplices de corrupción" y 73% afirma que estos parlamentarios no deberían ser reelegidos en 2018.

"La encuesta indica que votar a favor de Temer es un suicidio político", dijo Diego Casares, de la ONG Avaaz, que encargó la encuesta a Ibope y que participa de las campañas Fuera Temer.

Los defensores de Temer apelaron al escándalo mediático. Es el caso del diputado Wladimir Costa, del oficialista partido Solidaridad, miembro de la llamada “tropa de choque” que defiende al mandatario. Costa se tatuó el apellido del mandatario en el hombro para exhibir su respaldo antes de la votación. “Temer es un ícono, algunos se tatúan a comunistas como el Che Guevara, a Lula, a Dilma Rousseff. Conozco a Temer hace 19 años, sé de su honestidad”, dijo Costa.

Su defensa de Temer, con un tatuaje en el hombro con el apellido del presidente debajo de una bandera de Brasil, fue tapa de los diarios. El caso ganó ribetes sensacionalistas porque uno tatuador famoso decretó que el tatuaje en la piel con la palabra “Temer” no era un tatuaje, sino que era Henna, que sale con agua y jabón. (I)