La radiación llega al agua y los alimentos en Japón
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó ayer la presencia de yodo radiactivo en productos alimenticios en la prefectura de Fukushima, la región donde se encuentra la planta seriamente dañada por el devastador tsunami que siguió al terremoto del 11 de marzo.
El órgano de la ONU precisó que la contaminación fue confirmada por el ministerio japonés de Sanidad, Trabajo y Bienestar, y que, "de acuerdo a los últimos datos", se trata de productos contaminados hallados en las tareas de medición entre el 16 y 18 de marzo.
"Hasta la fecha, ningún otro isótopo radiactivo (además del yodo) han mostrado un incremento en el análisis de productos alimenticios cerca de Fukushima", afirmó el OIEA en un comunicado.
Recuerda que, si bien el yodo radiactivo tiene una vida corta de cerca de 8 días y luego su radiactividad decae naturalmente en cuestión de semanas, hay un riesgo a corto plazo para la salud humana si es absorbido por el cuerpo.
Acciones
Tras conocer el informe del OIEA, el Gobierno de Japón aseguró que hay avances en la carrera por controlar la central nuclear de Fukushima.
Los controles realizados sobre los productos agrícolas de la región revelaron ayer altos niveles de radiación en leche de Fukushima y varios tipos de espinacas de la vecina provincia de Ibaraki, aunque según el Gobierno "no suponen un riesgo inmediato".
Además, a última hora de la noche fuentes oficiales citadas por la agencia local Kyodo informaban que se había detectado yodo radiactivo por encima de los niveles permitidos en el agua corriente de Fukushima, donde se mantiene evacuado un radio de 20 kilómetros en torno a la central.
El ministro portavoz, Yukio Edano, aseguró que los niveles de contaminación detectados en la leche y las espinacas no suponen un riesgo sanitario; en el último caso, aseguró, el impacto de consumir estas verduras durante un año equivaldría al de una radiografía.
También se detectaron rastros de yodo radiactivo en el agua corriente de lugares más alejados de la central nuclear, incluida la capital, Tokio, aunque según el Ministerio nipón de Sanidad los niveles están muy por debajo del límite legal permitido.
Especulación
Las autoridades chinas comenzaron a aplicar multas y prometieron una "represión severa" contra las tiendas que aumenten el precio de la sal yodada, que algunos creen, equivocadamente, que protege de las emisiones radioactivas de la central nuclear japonesa de Fukushima.
"Cierto número de minoristas sin escrúpulos han sido castigados por haber aumentado el precio de la sal de mesa", indicó este viernes la Comisión Nacional para el Desarrollo y la Reforma (NDRC).
Se ha aplicado multas en al menos ocho provincias chinas, según la Comisión, entre ellas Shaanxi, donde un supermercado fue multado con 50.000 yuanes (5.400 euros, 7.600 dólares) por haber elevado el precio del paquete de sal de 400 gramos de 1 a 2,5 yuanes (de 11 a 16 céntimos de euro, de 15 a 38 centavos de dólar).