La nueva izquierda española no teme cuestionar a la monarquía
La llegada de la izquierda radical a numerosos ayuntamientos españoles reabrió el debate sobre la monarquía justo cuando Felipe VI había empezado a enderezar el rumbo de la institución, muy cuestionada en los últimos años de su padre Juan Carlos.
El caso más polémico es el de Barcelona, donde la nueva alcaldesa Ada Colau decidió retirar un busto del rey Juan Carlos que llevaba casi 40 años presidiendo el salón de plenos del ayuntamiento de la segunda ciudad más poblada de España.
El ayuntamiento, gobernado por una plataforma ciudadana de izquierda alternativa en la que participan los antiliberales de Podemos, argumentó que se trataba de una "anomalía" ya que el padre del rey abdicó en junio de 2014.
"Ya no es jefe de Estado", afirmó el teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, para quien "la monarquía es una institución constitucional pero también comporta cierta anomalía democrática pues es una institución no electiva e históricamente, también en España, estuvo vinculada a privilegios y opacidades impropias del siglo XXI", afirmó.
No se trata de un caso puntual. En Zaragoza (centro), la quinta ciudad española, el gobierno municipal liderado por Podemos intentó cambiar el nombre del pabellón municipal, bautizado Felipe VI, para dedicarlo a un popular exentrenador del equipo local de baloncesto, aunque la oposición bloqueó la medida.
El nuevo alcalde de Cádiz (suroeste), también de Podemos, sustituyó un retrato de Juan Carlos de su despacho para colocar uno de un conocido anarquista de la ciudad.
En Montcada i Reixach, un pequeño pueblo limítrofe con Barcelona, la coalición de gobierno de izquierda fue más allá y retiró el retrato de Felipe VI que, por ley, debe ocupar un puesto preferencial en la sala de plenos de todos los ayuntamientos españoles.
"Una revancha histórica"
Para Abel Hernández, autor de varios libros sobre Juan Carlos I, se trata de "una especie de revancha histórica por parte de la izquierda más extrema que no participó en la transición" de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975) a la democracia.
"Es un escarnio contra la monarquía claramente, una falta de sensibilidad histórica contra el rey, que contribuyó para traer a España 40 años de estabilidad y democracia", opinó César de la Lama, biógrafo del monarca.
Designado sucesor por el propio dictador, Juan Carlos capitaneó esta transición para dejar atrás cuarenta años de división iniciados con una sangrienta guerra civil (1936-1939). Antiguos franquistas, socialistas, comunistas y nacionalistas catalanes se dieron la mano para redactar la Constitución de 1978, considerada el símbolo de esta reconciliación.
Intocable desde entonces, la monarquía empezó a perder su prestigio en los últimos años por el presunto caso de corrupción de Iñaki Urgandarin y la cacería de elefantes en Botsuana de Juan Carlos en 2012, en plena crisis española.
Sólo su abdicación y la proclamación de Felipe VI en junio de 2014 consiguieron frenar la debacle.
Pero entre la sociedad, el tabú a criticar la monarquía ya se rompió como demuestran la publicación de libros sobre la doble vida amorosa de Juan Carlos o las duras portadas antimonárquicas de revistas satíricas.
Asimismo, el museo de arte contemporáneo de Barcelona (MACBA) exhibió una estatua del anterior rey sodomizado a pesar del intento de censura de su director, que tuvo que dimitir.
Ahora, con esta nueva izquierda heredera del movimiento de los "indignados" gobernando en grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Zaragoza, el tabú empieza también a romperse desde las instituciones.
"Es una izquierda que quiere romper el sistema de la Constitución de 1978, revisar la transición en España", dice Hernández.
"De momento sólo son gestos pero detrás hay una idea de sustituir una forma política del Estado, la monarquía parlamentaria, por una república", opinó el catedrático de derecho constitucional de la universidad UNED, Antonio Torres del Moral.
Por eso, si gana las elecciones legislativas de final de año, Podemos propone redactar una nueva Constitución, durante cuya elaboración debería debatirse la espinosa cuestión de la jefatura del Estado.
"En España hay una ideología republicana bastante extendida, aunque problablemente no mayoritaria, y éste es un tema que deberá abordarse alguna vez", señaló Torres del Moral.
"Un proceso constituyente sería la ocasión propicia, aunque sería mejor no esperar a Podemos sino hacerlo ya", añadió. (I)