"La misericordia cambia al mundo", dijo el papa Francisco en su primer Angelus
Decenas de banderas celeste y blanco flamaron en la Plaza San Pedro y una gran presencia de argentinos y latinoamericanos, Francisco centró su mensaje en la necesidad del perdón y en la misericordia de Dios, en un tono sencillo, contando anécdotas y manteniendo un diálogo distendido con los fieles presentes, estimados en más de 150 mil, según el vocero Federico Lombardi.
El Papa argentino salió puntualmente a las 12:00 de la ventana de los aposentos apostólicos y se ganó la primera ovación de los fieles, cuando dijo que la plaza San Pedro tenía las "dimensiones del mundo".
"La misericordia cambia el mundo, hace al mundo menos frío y más justo. El rostro de Dios es el rostro de la misericordia, que siempre tiene paciencia. ¿Se han puesto a pensar en la paciencia que tiene con nosotros?", preguntó el papa argentino a los fieles presentes.
"Dios nunca se cansa de perdonarnos. El problema es que nosotros nos cansemos de pedirle perdón. No nos cansemos nunca. Él es el padre amoroso que siempre perdona, que tiene misericordia con todos nosotros", dijo Francisco en su primer Angelus.
Hacia el final del Angelus, el papa dijo que el nombre que eligió aludía al "patrono de Italia", San Francisco de Asís, y expresó que esta situación "refuerza mi vínculo espiritual con esta tierra donde están los orígenes de mi familia".
Sus últimas palabras fueron las que, durante muchos años, utilizaba también con sus fieles de la ciudad de Buenos Aires: "Recen por mí" y después agregó: "Buen domingo y buen almuerzo".
Antes del Angelus, el papa celebró esta mañana su primera misa pública en la parroquia Santa Ana del Vaticano y, lejos de toda formalidad y protocolo, saludó a cada uno de los fieles presentes al término de la misma.