El Brexit asoma como una posibilidad para resolver los problemas del fallido sistema migratorio
La migración a Gran Bretaña llegó a cifra récord de 327.000 personas
La migración neta a Gran Bretaña trepó en un año a 327.000 hasta marzo pasado, de acuerdo con un informe de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, en sus siglas en inglés), un nivel récord en el país.
Las cifras, que cubren el período antes de que el Reino Unido votara para abandonar la Unión Europea (UE), es una de las más elevadas registradas hasta ahora.
La migración neta es la diferencia entre el número de personas que ingresa al país durante un año y aquellos que emigran. Tras divulgarse el informe, David Metcalf, el consejero jefe del Gobierno sobre temas de inmigración, indicó que la primera ministra británica, la conservadora Theresa May, considera ahora introducir permisos de trabajo para aquellos inmigrantes no calificados que provienen de la UE.
Metcalf, jefe del Comité de Asesoría por Migración, declaró al periódico inglés The Daily Telegraph que el programa será simple y estará basado en el previo sistema de permisos de trabajo para agricultores temporales o también llamados ‘trabajadores golondrinas’.
“El programa de permisos de trabajo para el sector agrícola estuvo muy bien administrado. Estaba a cargo de una sola persona que trabajaba dentro del Ministerio del Interior y que lidiaba con operarios y granjeros. Era un sistema limitado y con cupos fijos. Pensamos introducir ahora un sistema similar para otros sectores destinado a trabajadores no calificados del mercado laboral europeo”.
Metcalf dijo que el plan “está directamente relacionado a los objetivos de la Primera Ministra”. May fue muy criticada cuando se desempeñaba como Ministra del Interior por no conseguir el objetivo del Gobierno de reducir la migración neta a Gran Bretaña por debajo de los 100.000.
En uno de sus discursos inaugurales al frente del Gobierno, la Primera Ministra indicó: “Reducir la migración neta será una prioridad absoluta en las negociaciones por el Brexit”, como se conoce a la salida del Reino Unido de la UE.
Los migrantes no calificados
En tanto, esta semana el think-tank inglés British Future concluyó en un reporte que el Brexit es una posibilidad para resolver los problemas del fallido sistema inmigratorio del país y llevar confianza a la gente por una migración controlada.
La entidad sostuvo que el resultado del referéndum del pasado 23 de junio “fue un voto de no confianza” a las políticas actuales. Y subrayó que el Gobierno debe resolver las crecientes demandas de la población para reducir el número de migrantes no calificados al país.
Según British Future, el 44% de los 2.400 británicos entrevistados no cree que el Gobierno vaya a cumplir con sus objetivos para reducir la migración neta. Sin embargo, el 37% considera que sí lo harán.
En su reporte, el grupo señaló que los objetivos migratorios impuestos por las autoridades “son como un tótem simbólico” y que debido a que no se cumplen “están dañando la confianza de la población”.
El think-tank indicó que luego del referéndum, el debate acerca de estos objetivos migratorios tendrá poca importancia hasta que se definan las nuevas políticas inmigratorias del Reino Unido bajo el Brexit.
Al respecto, agregó que el Gobierno “no puede tener una idea clara sobre los objetivos de inmigración para el futuro sin saber antes cómo será el acuerdo por el Brexit, cuáles serán las condiciones para la economía británica y el impacto que tendrán en los flujos inmigratorios”.
“En lugar de ello, los políticos deberían enfocarse en alternativas que funcionen dentro de una revisión del actual sistema inmigratorio y llamar a un debate nacional por opciones futuras”.
De acuerdo a un documento del British Future, el sistema inmigratorio de Gran Bretaña “no funciona para nadie. Salir de la UE tendrá un impacto enorme en casi todos los aspectos de las políticas inmigratorias. Aunque el Brexit presentará desafíos concretos a las autoridades, también ofrecerá una oportunidad para tomar decisiones acertadas en esta área y ayudar a garantizar un amplio consenso sobre el tema de inmigración”.
Sunder Katwala, director del think-tank, sostuvo que la confianza pública para que el Gobierno resuelva el tema inmigratorio “cayó a su nivel más bajo”.
Otro informe dado a conocer esta semana, y publicado por el progresista Instituto de Investigación para Políticas Públicas, sostuvo que los objetivos para la inmigración neta al Reino Unido “deberían abandonarse” y en su lugar tendrían que implementarse “objetivos separados para inmigrantes calificados y aquellos no calificados”.
Phoebe Griffith, directora asociada del instituto, explicó que el Gobierno defiende sus objetivos de inmigración neta que ni la población, ni los ministros creen que están funcionando.
“Es una locura repetir este modelo. El Gobierno tiene que crear un nuevo sistema para lograr un balance entre las preocupaciones de la gente y las necesidades de los distintos sectores de la economía”.
Esa entidad confirmó que en el Servicio Nacional de Salud inglés trabajan al menos 55.000 europeos, de los cuales el 10% son médicos. “Sin estos empleados, el Servicio de Salud de Inglaterra colapsaría. Todos los trabajadores de la salud que provienen de la UE deberían estar aptos para solicitar su ciudadanía británica”. (I)