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La economía de España creció con fuerza en 2017 pese a la crisis catalana

Durante el 2017 hubo varias manifestaciones en Cataluna
Durante el 2017 hubo varias manifestaciones en Cataluna
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30 de enero de 2018 - 08:35 - Agencia AFP

España volvió a ser en 2017 una de las economías más dinámicas de la zona euro, con un crecimiento del PIB del 3,1% gracias al turismo y las exportaciones, y tras lograr limitar el impacto de la crisis catalana.

El dato confirmó las previsiones del gobierno y el Banco de España, y prolonga la recuperación económica del país tras la crisis de 2008-2013. Es ligeramente inferior al crecimiento de 2016, un 3,3%.

"España está ahora en una situación económica buena, llevamos tres años creciendo por encima del 3%", comentó el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, tras conocerse los datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE).

La economía recuperó a mitad del año pasado su nivel del PIB previo a la crisis, y su ritmo de crecimiento se mantiene claramente por encima de la media de la Eurozona, que en 2017 creció un 2,5%, anunció este martes Eurostat, la agencia europea de estadísticas.

"Conviene destacar el buen comportamiento de las exportaciones y también la inversión en maquinaria y bienes de equipo", incidió el banco BBVA en su último informe.

El turismo, que representa alrededor del 10% del PIB, también tuvo un gran papel. El sector se apuntó un nuevo récord, con 82 millones de turistas internacionales en 2017, lo que convierte a España en el segundo país más visitado del mundo, sólo por detrás de Francia.

El cuarto trimestre en cambio estuvo marcado por la grave crisis política en Cataluña, y fue el menos dinámico del año, con un crecimiento del 0,7%, frente al 0,8% y 0,9% de los trimestres anteriores.

Los datos de crecimiento de cada región no se conocerán hasta dentro de varias semanas, aunque a comienzos de enero, el ministro de Economía, Luis de Guindos, advirtió que la ralentización en Cataluña podría haber costado más de 1.000 millones de euros.

La economía de Cataluña, que representa un 19% del PIB español y es la región más visitada del país, se resintió a lo largo de un otoño marcado en Barcelona por las gigantescas manifestaciones a favor y en contra de la independencia de la región.

Las ventas del sector turístico bajaron un 10% en octubre y noviembre, y las ventas al por menor y de vehículos se ralentizaron. Igualmente, más de 3.200 empresas, entre ellas grandes bancos, sacaron de Cataluña su sede social, por miedo a la inseguridad jurídica que pudiera crear una eventual secesión.

Recientemente, Rajoy aseguró en un foro de inversores extranjeros que Cataluña "es la mayor, si no la única sombra" que pesa sobre el crecimiento.

A nivel nacional, el Banco de España estima no obstante en su último informe que el reforzamiento de las exportaciones debería compensar los efectos negativos vinculados al incremento de la incertidumbre en Cataluña.

También destaca el aumento de la inversión en el sector de la construcción, hundido durante años tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008.
Fruto de todo esto, el 19 de enero la agencia calificadora Fitch elevó la nota de España de "BBB+" a "A-" debido a su sólido crecimiento y a la reducción de sus déficits, aunque advirtió de los riesgos que entraña la crisis catalana.

Por su lado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo ligeramente su previsión de crecimiento en 2018 a 2,4%, citando "los efectos de una mayor incertidumbre política sobre la confianza y la demanda".

El gobierno tiene de momento un objetivo prudente de crecimiento cifrado en el 2,3% para este año, aunque cree que podría alcanzarse de nuevo el 3% si se recupera la "normalidad" en Cataluña, la región de mayor peso económico junto con Madrid.

Pero el gobierno afronta también otros desafíos, empezando por un déficit que debe rebajar por debajo del umbral del 3% este año.

Aparte, el nuevo presupuesto sigue sin aprobarse por falta de apoyos en un Parlamento en buena medida paralizado por la crisis catalana y por la minoría en que se encuentra el ejecutivo.

"Los riesgos internos siguen estando dominados por la incertidumbre política y por la ralentización de las reformas estructurales necesarias para seguir reduciendo la tasa de paro", explicaba hace poco Rafael Doménech, responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research.

Pese a la espectacular bajada del desempleo desde 2013, la tasa de paro española sigue siendo la segunda más alta de la zona euro, y a fines de año afectaba al 16,5% de la población activa. (I)

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