La extrema pobreza en los países subsaharianos y las guerras en Oriente Medio disparan los viajes al viejo continente
Europa sufre crisis migratoria sin precedentes
El primer ministro británico, el conservador David Cameron, enviará perros olfateadores y construirá enormes vallas de seguridad en el puerto de Calais, en el noroeste de Francia, para lidiar con la creciente crisis de inmigrantes que estalla en Europa.
Tras encabezar una reunión de emergencia en su residencia oficial de Downing Street, en el centro de Londres, Cameron dijo que la situación “es inaceptable”, aunque admitió que el problema “es probable que continúe durante el verano (boreal)”.
El jefe del gobierno dio las declaraciones tras el 4 día consecutivo de interrupciones en el Eurotúnel, que comunica Calais (Francia) y Folkestone (Reino Unido), a través del Canal de la Mancha, luego de que miles de inmigrantes intentaron ingresar al túnel para llegar a Gran Bretaña, encaramados en trenes o colándose en camiones de manera clandestina.
Según estimaciones de grupos humanitarios, entre 3.000 y 5.000 migrantes, la mayoría eritreos, etíopes, sudaneses y afganos, están en la ciudad de Calais a la espera de realizar el peligroso cruce, por el que ya han muerto al menos 20 personas.
“Será una situación muy difícil durante el verano. Pero estamos trabajando para resolver este problema. Sabemos que requiere de acciones concertadas y por ahora no descartamos nada para hacer frente a esta situación”, continuó.
Cameron se comunicó con el presidente francés, Francois Hollande, con quien habló de las nuevas medidas de seguridad e inmigración para frenar el flujo de extranjeros que intentan llegar a Reino Unido.
“Estamos determinados a trabajar duro para reducir las presiones de ese lado (francés) de la frontera”, señaló el premier británico.
También confirmó que el gobierno pondrá a disposición tierras del Ministerio de Defensa para ayudar a aliviar el problema de tráfico en el condado de Kent, en el sureste de Inglaterra, como consecuencia de la crisis en Calais y sus repercusiones en el puerto inglés de Dover.
Ayer miles de camiones hicieron fila durante horas en las autopistas del sur inglés para ingresar al Eurotúnel, en una crisis que le cuesta millones de dólares al Gobierno británico por interrupciones en el flujo de exportaciones.
Las autoridades del Reino Unido pusieron en marcha hace algunas semanas el Operativo Stark, que busca enfrentar el problema de la congestión vehicular en los alrededores de Dover.
Por su parte, Keith Vaz, presidente del Comité parlamentario de Asuntos Internos británicos, dijo que la situación en Calais “es un problema de la Unión Europea” y solo podrá ser resuelto con una reunión entre Cameron y Hollande.
Vaz sostuvo que los miles de inmigrantes indocumentados que se encuentran en el campo llamado de manera discriminatoria como ‘La jungla’, a la espera de cruzar hacia Gran Bretaña, “deberían ser deportados por Francia”.
Para el alcalde de Kent, Paul Carter, la situación “está fuera de control”. “Necesitamos un refuerzo de policías y agentes de frontera para hacer frente a semejante crisis inmigratoria. Se están juntando miles de inmigrantes indocumentados en Calais y hacen todo lo posible para llegar a Gran Bretaña, incluido arriesgar sus vidas en el intento”, señaló.
Carter dijo que a pesar de los esfuerzos de la Policía francesa “logran arribar a Dover cientos de inmigrantes”. “Hemos puesto en marcha un operativo enorme para evitar el ingreso”, confirmó.
En los últimos tres meses, el número de menores de 18 años que solicitó asilo en Gran Bretaña, a través de la Alcaldía de Kent, se duplicó a 605. La crisis de inmigrantes en Calais ha provocado un fuerte debate en el Reino Unido y llevó a muchas organizaciones de derechos humanos a calificar a Cameron de “inhumano” y “discriminador”.
Ello se debió a que el primer ministro afirmó esta semana en una entrevista con la televisión local que “un enjambre” de inmigrantes trata de llegar al Reino Unido. “Hay un enjambre de personas que llega por el Mediterráneo, que busca una vida mejor, que quiere llegar a Gran Bretaña, porque tiene empleos, una economía pujante, es un lugar increíble para vivir”, manifestó el mandatario.
El término que utilizó -swarm- se usa en inglés solo para referirse a insectos o plagas. Tras el exabrupto, la jefa interina de la oposición laborista, la parlamentaria Harriet Harman, dijo que Cameron tendría que “recordar que está hablando de gente, no de animales”.
En ese sentido, el Consejo de Refugiados (Refugee Council), una organización caritativa que ayuda a los demandantes de asilo, consideró que Cameron usó “un lenguaje horrible y deshumanizador”.
“No podemos permitir que nuestro mandatario utilice semejantes palabras difamatorias”, subrayó la entidad. Para Nigel Farage, jefe del Partido para la Independencia del Reino Unido (UKIP), que aboga por la implantación de controles más severos para los inmigrantes, su partido “nunca usaría un lenguaje similar”.
Farage pidió al gobierno que despliegue a las tropas británicas para hacer frente a una “catástrofe humanitaria” que le está costando “demasiado caro a Gran Bretaña”.
Mientras que, en Calais viven 3.000 migrantes en un campo que antes fue un vertedero. El campamento, autoadministrado, está conectado a un circuito de agua potable y provisto de postes eléctricos.
También cuenta con una escuela, una construcción algo más sólida con unos cuantos pupitres que todos los días, salvo el domingo, acoge a unos 20 alumnos adultos.
La joya de esta comunidad en Calais, se encuentra en el “barrio” etíope-eritreo: una impresionante iglesia ortodoxa en la parte este con 15 metros de alto. (I)
Datos
El principal centro de acogida para demandantes de asilo en Austria, situado en Traiskirchen, está saturado y no puede aceptar a más inmigrantes por razones sanitarias, informaron las autoridades locales.
Paralelamente, el gobierno federal austriaco anunció su intención de modificar la Constitución para introducir cuotas de acogida de demandantes de asilo en los Lander (Estados federados). La reticencia de algunos de ellos a acoger emigrantes ha sido la causa de la saturación del centro de Traiskirchen.
“La situación en materia de higiene es dramática en razón de una superpoblación manifiesta”, indicó Erwin Pröll, gobernador de la provincia de Baja Austria donde se encuentra el centro, subrayando en un comunicado que había decretado la suspensión de las admisiones.
El centro, con una capacidad inicial para 1.800 personas, acoge en este momento a más de 4.000 emigrantes, de quienes 2.300 no disponen de una cama y deben dormir al raso en ciertos casos.
Las autoridades federales, que prevén la entrada de 70.000 nuevos emigrantes este año tras los 28.000 de 2014, quiere imponer a los gobiernos locales una cuota de acogida.