Brasilia.-

Tras un período de suspensión en respeto a la muerte del candidato del Partido Socialista Brasileño (PSB), Eduardo Campos, la campaña para  las elecciones presidenciales de Brasil, del próximo 5 de octubre, llegó ayer a la televisión, medio de difusión política por excelencia en el país.

Así, el exgobernante Luiz Inácio Lula da Silva irrumpió en esta campaña con un contundente mensaje en favor de la reelección de su sucesora, Dilma Rousseff, quien se ve amenazada por la puesta en escena de la candidata socialista Marina Silva, en reemplazo de Campos.

“Todos saben que mi segundo mandato fue mejor que el primero” y “con Dilma va a ser así”, declaró Lula apelando al recuerdo que los brasileños tienen de sus gestiones en 2 períodos consecutivos (2003-2007 y 2007-2011).

Rousseff, por su parte, valoró los avances sociales que el país experimentó durante los dos mandatos de Lula y sus 4 años en el poder y pidió la confianza de los electores “para continuar por ese camino”.

Está previsto que Rousseff, candidata por el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) grabe una serie de programas para emitirlos durante el espacio que la televisión brasileña reserva -por ley- a los candidatos de forma diaria y proporcional al número de partidos políticos aliados y votos en los últimos comicios.

La ley electoral prevé que se destinen 25 minutos diarios en espacios televisivos y de radio para los aspirantes, con el objetivo de que el electorado se familiarice con sus propuestas.

Rousseff será quien tenga más espacio, consumiendo casi la mitad del tiempo de propaganda electoral, con 11 minutos y 24 segundos, seguida de Aecio Neves, del centroderechista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que tendrá 4 minutos y 35 segundos.

La tercera candidatura con mayor espacio será la del PSB, agrupación que hoy oficializará la postulación de la exsenadora Marina Silva en reemplazo de Campos. En esta sesión el PSB también designará al candidato vicepresidencial, para lo cual -según medios locales- suena el nombre de la viuda de Campos, la economista Renata Campos.