A la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se la ve más relajada. Y no es solo porque ya no lleva el riguroso luto que mantuvo durante los últimos tres años tras la muerte de su esposo, el exmandatario Néstor Kirchner. Hay algo más: ha comenzado a delegar el poder. Por recomendación estricta de los médicos debe evitar situaciones de estrés tras la operación a la que fue sometida el 8 de octubre pasado por un hematoma craneal que la mantuvo 40 días en reposo absoluto, aislada del mundo. Ahora no está sola: su nuevo jefe de gabinete, Jorge “Coqui” Capitanich, ha revolucionado al gobierno en pocos días. En el mundillo político argentino ya se habla que el país austral tiene un ‘primer ministro’ a la europea.

“Coqui manda”, tituló el videograph del ultraopositor noticiero Telenoche del Canal 13, espada televisiva del Grupo Clarín. “Y habla de todos los temas”, prosiguió. Capitanich, quien hasta que asumió su cargo el 20 de noviembre pasado era gobernador de la provincia del Chaco, frontera con Paraguay, inauguró un nuevo estilo de gobierno basado en una comunicación fluida, algo que se le venía reclamando al Ejecutivo desde hace varios años.

El jefe de gabinete llega temprano a la casa de gobierno y a las 8 de la mañana visita la sala de prensa para dialogar sin condiciones con los periodistas acreditados. Así lo hizo incluso el lunes pasado, feriado en Argentina, ante la incredulidad de los presentes en un salón casi vacío. Pero eso no es todo: invitó a dialogar al gobernador socialista de Santa Fe, Hermes Binner, y al derechista alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, algo impensable hasta hace unos meses. Y promete ir una vez al mes a rendir cuentas al Congreso.

Hasta que fue operada, la gobernante era virtualmente la única voz autorizada. Era su propia vocera. Hablaba en periódicas cadenas de radio y TV y en actos estratégicos, aunque antes de la intervención quirúrgica, en plena campaña para las elecciones legislativas de octubre, había comenzado a dar entrevistas, lo que presagiaba un cambio. Ahora, Capitanich se convirtió en el virtual portavoz del Gobierno, mientras la mandataria se refugia en la residencia de Olivos, periferia norte de la capital.

El escritor y periodista Jorge Asís, identificado con el peronismo opositor, aseguró que ahora se inicia el gobierno Capitanich para encargarse del funcionamiento de la administración, de cada una de las áreas; para cuidado de la integridad de la figura presidencial. “Con un ‘premier’, la jefatura del Estado tiene mayor protección. Es la última instancia que se encuentra más segura, dedicada al largo plazo y a la visión estratégica de la política exterior. Es decir, la presidencia se encuentra menos expuesta, liberada del desgaste que implica el estrés cotidiano de la gestión”, apuntó Asís... Y agregó: “La metodología de la comunicación marca, de movida, la gran diferencia. La frontalidad de hablar y de responder, de explicar, acaba con el secretismo tenebroso de los que ocultan que nada tienen para decir. Bienvenido sea el cambio de onda... Por presencia, discurso y credibilidad se oxigena, de pronto, con el ‘premier’, el Gobierno. Porque quien conduce es -¿quién lo pone en duda?- la doctora Kirchner”. Capitanich fue el elegido de la presidenta. Le ganó la pulseada a otro gran candidato, el gobernador de la provincia de Entre Ríos, frontera con Uruguay, Sergio Urribarri, ambos grandes triunfadores dentro de las filas kirchneristas en las últimas elecciones legislativas. Pero ‘Coqui’ tiene un plus: ya fue jefe de gabinete durante cuatro meses en la presidencia del también peronista Eduardo Duhalde (2002-2003).

Su currículum dice -además- que fue gobernador del Chaco (desde el 2007 y en uso de licencia), senador nacional (2002-2007) y efímero ministro de Economía de la brevísima gestión del peronista Adolfo Rodríguez Saa durante la grave crisis de diciembre de 2001, cuando Argentina tuvo cinco presidentes en una semana tras la caída de Fernando de la Rúa (1999-2001).

Antes, en los años 90, formó parte del gobierno neoliberal peronista de Carlos Menem (1989-99), aunque en cargos menores como coordinador del Programa de Creación de Empleo Privado en la Secretaría de Asistencia para la Reforma Económica Provincial de la Nación, subsecretario de Coordinación Técnico-Administrativa de la Secretaría de Desarrollo Social de la Nación y subsecretario de Proyectos Sociales de la Secretaría de Desarrollo Social de la Nación. En sintesis, formó parte del ‘menemismo’, el ‘saadismo’, el ‘duhaldismo’ y el ‘kirchnerismo’, todas tendencias del peronismo enfrentadas hoy entre sí y de ideologías en muchos casos opuestas. Pero a su favor, señalan fuentes del partido, ‘Coqui’ se sumó al kirchnerismo en la primera hora y se ha mantenido fiel al proyecto cuando otros abandonaban el barco ante los llamados de sirena del nuevo jefe de la oposición, el peronista renovador y diputado electo Sergio Massa, exalcalde de la localidad bonaerense de Tigre. Pero no todas son flores: “Defiende a ultranza a Menem. En 2002 forma parte del equipo de Duhalde y lleva adelante la peor devaluación. En el Chaco es el hombre de las corporaciones”, denunció el dirigente peronista chaqueño Atilio Vázquez. Capitanich se defiende afirmando que sus detractores sacaron el 1% de los votos en las elecciones de su provincia cuando él superó el 60’%.

Ahora, Capitanich se proyecta como el gran presidenciable del oficialismo con vistas a los comicios de 2015, en los que Cristina Fernández no podrá aspirar a un tercer mandato consecutivo, prohibido por la Constitución.