Japón cautiva con un 'Chocolate rosa' por el día de San Valentín
"Me encanta el rosa, y el chocolate. ¡Para mí es perfecto!". Natsuko Takeuchi, una japonesa de 24 años, será una de las primeras en degustar el chocolate rosa, o rubí, con motivo del día de San Valentín.
Entre paredes de color rosa, a juego con los manteles y cajas, la tienda KitKat del barrio elitista de Ginza, en Tokio, se ha engalanado con tonos rosáceos para un lanzamiento muy especial.
Más de 80 años después de que se inventara el chocolate blanco, el grupo suizo Barry Callebaut causó sensación en septiembre pasado presentando el rosa, fruto de una larga investigación.
El chocolate rosa, llamado rubí, tiene un gusto cremoso y afrutado, como de frambuesa.
El color se obtiene naturalmente -sin colorantes, aromas ni bayas- a partir de granos de cacao, explica Akiko Hara, una responsable de Barry Callebaut en Japón.
"Nuestro equipo de investigación y desarrollo tardó más de diez años en concebir el procedimiento", añade, sin revelar el secreto de fabricación, guardado en una caja fuerte.
El lugar del lanzamiento no se ha dejado al azar. Japón, con un mercado del chocolate evaluado en casi 5.000 millones de dólares, según cifras del gabinete Euromonitor International, se sitúa muy por detrás de Estados Unidos (18.900 millones de dólares) pero se halla a la vanguardia en Asia y sus consumidores ansían novedades.
La fecha tampoco es casualidad. En el archipiélago, "San Valentín es el día del año en el que se consume más chocolate", afirma el confitero Mary Chocolate. En 1958, esta empresa proclamó que el 14 de febrero fuera "el único día en el que una mujer exprese su amor regalando bombones". Con los años se convirtió en tradición.
"Desde el lanzamiento de promociones comerciales por parte de los principales fabricantes en los años 1970, las ventas de chocolate se disparan cada año antes del 14 de febrero", afirma Megumi Matsunaga, analista de Euromonitor.
Los "honmei choco" son para el novio, los "giri choco" o "chocolate por obligación", para el jefe o para los compañeros de trabajo y los "tomo choco", para las amistades. Y están los que las mujeres se regalan a sí mismas.
Las estanterías de los "konbini" (minitiendas) y de los grandes almacenes se llenan de bombones y de figuras de chocolate, algunas muy sofisticadas, como zapatos de tacón, una paleta y su pincel y hasta un set de maquillaje.(I)