Japón acelera sus políticas para cerrar brechas de género
El invierno acelera -aún más- el caminar de los japoneses, quienes en las calles y en el metro de Tokio andan generalmente solos, rara vez contestan sus celulares en público -pues no quieren incomodar al otro con pláticas ajenas- y el color de su ropa -siempre entallada- no se escapa de la escala de grises.
Vestidos con esas tonalidades, un grupo de cerca de 25 hombres -de entre 30 y 50 años- aguardan en el primer piso del Ministerio de Tierra, Infraestructura, Transporte y Turismo de Japón. Unos usan gafetes de visitantes y otros parecen ser funcionarios de la institución. Más adelante, en la parte central del Ministerio, surge una imagen similar a la anterior, copada solo por hombres, pero esta vez están en una cafetería, completamente relajados.
En la gran mayoría de las dependencias japonesas públicas y privadas es común ver ese paisaje gris, homogéneo, uno que se ratifica con las estadísticas mundiales. En Japón –la segunda economía de Asia y una de las siete más poderosas del mundo– todavía hay severas brechas económicas, políticas y sociales entre hombres y mujeres.
Según el más reciente informe del Foro Económico Mundial (FEM), el índice de disminución de desigualdades de género ubica al país en el puesto 114 de 144. Anteriormente había ocupado los puestos 79 (2006), 94 (2010) y 104 (2014).
Del G–7, Alemania fue en 2015 el país con menor desigualdad de género y ocupó el puesto 11, seguido por Francia (15), Reino Unido (18), Estados Unidos (28), Canadá (30) e Italia (41). Japón, en ese entonces (puesto 101), se ubicó detrás de China (91) y encima de la India (108).
Kyoko Hokugo, coordinadora principal de la división de transversalización de género en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón, dice que la presurosa carrera de Shinzo Abe para implementar políticas (Womanomics) que reduzcan las disparidades de género se debe a que el país necesita de una mayor fuerza de trabajo.
“La sociedad es más vieja, menos niños nacen cada año, así que necesitamos más fuerza de trabajo. Tradicionalmente las mujeres japonesas se quedaban en casa, pero ahora desean trabajar afuera. En 2016, se estimó que 2,74 millones de mujeres querían pero no podían trabajar”, confirmó Hokugo, quien estimó que para 2030 el Producto Interno Bruto, con la inclusión de las mujeres en el aparato productivo japonés, crecerá en el 20%.
Desde 2015, Abe ha aplicado una serie de estímulos para que empresas con más de 300 empleados contraten una mayor cantidad de mujeres e instauró desde 2014 la Asamblea Mundial de la Mujer (WAW, por sus siglas en inglés), que el anterior año tuvo como protagonista a la hija del presidente de Estados Unidos, Ivanka Trump.
Ivanka Trump junto con Shinzo Abe en la Asamblea Mundial de la Mujer, realizada en Tokio el año anterior. Foto: AP
En una entrevista para el portal Equal Times, Tomoko Yoshino, vicepresidenta de la Confederación Sindical Japonesa, dijo que además de la restricción de las mujeres para hallar trabajo, las que laboran sufren de “acoso maternal”. “En Japón las mujeres son discriminadas por tener hijos. Muchas de ellas se ven obligadas a dejar su trabajo o a veces se les asigna un puesto de trabajo diferente o se las traslada a otro departamento”, dijo Yoshino.
A los bajos índices de participación económica, también se suman los políticos. Japón es de los países con menor representación femenina entre los altos cargos en todos los sectores. Kyoko Hokugo indicó que de los más de 20 ministerios que hay en su país, apenas 3 están liderados por mujeres.
Los datos del FEM confirman esta situación. En 2015, el porcentaje de mujeres que ocuparon puestos directivos se redujo en un punto en los últimos 10 años, hasta el 9%. Sin embargo, según el informe mundial, las áreas de acceso a salud y educación entre hombres y mujeres tienen un buen puntaje.
Una sociedad en la que “las mujeres puedan brillar” ha sido el reiterativo discurso de Abe en cada foro que va. Y aunque en la última edición del WAW el primer ministro dijo que desde que asumió su cargo más de 1,5 millones de mujeres han comenzado a trabajar, el Foro Económico Mundial le recuerda que sus indicadores en este campo no mejoran sustancialmente.
“‘Brillar’ nunca ha sido fácil para las mujeres japonesas. La cultura Samurai les restó importancia, paz un poco más. Las mujeres que ‘brillaban’ en el período Edo posterior a la guerra civil (1603-1868) eran las cortesanas del cuarto de placer, las esclavas sexuales, como las llamaríamos hoy. El resto mantuvo perfiles bajos. En cuanto a la modernización del siglo XIX y de la preguerra del siglo XX, lo mejor que podían hacer por las mujeres era hacer de ellas ‘buenas esposas, madres sabias’. Guardería, cocina, dormitorio: su bondad y sabiduría podían brillar allí. Los hombres se encargarían del resto”, reflexionaba el articulista Michael Hoffman en The Japan Times.
Esta forma patriarcal de tratar a las mujeres tuvo mayor peso en la primera mitad del siglo XX, en uno de los momentos más vergonzosos de la historia. Durante la Segunda Guerra Mundial, se estima que más de 200.000 jóvenes -chinas filipinas, japonesas y, sobre todo, coreanas- fueron secuestradas por el ejército japonés para someterlas sexualmente.
En 2015, Japón se comprometió -en un acuerdo “definitivo e irreversible”- a presentar sus “disculpas sinceras” a Corea del Sur y a pagar 1.000 millones de yenes ($ 9,1 millones) como reparación a una fundación que trabaja con las “mujeres de consuelo”.
Sin embargo, en recientes declaraciones por los 99 años del Grito de la Independencia del 1 de marzo, el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, demandó a Japón caminar juntos “hacia el futuro sobre la base del remordimiento y la reconciliación sinceras”. El Gobierno japonés calificó de “lamentables” los comentarios de Moon Jae-in, quien a su vez enfatizó: “Para resolver el problema de las mujeres de solaz, el Gobierno japonés, el perpetrador, no debería decir que el asunto está cerrado”.
Las mujeres, mientras tanto, en medio de ese impasse diplomático y de indicadores que las usan para mejorar la competitividad económica, quieren algo más, diferente. Algo real. (I)
Medidas
El Gobierno japonés estimula a las corporaciones privadas para que promuevan a sus empleadas a cargos mejores. Esto, con el objetivo de aumentar la participación del nivel gerencial femenino y así alcanzar el 15% para 2020.
14% fue la proporción en 2015 de mujeres investigadoras en Japón, de las más bajas en el G–7.
Tasa de trabajo
En 2015, el 33,4% de todas las mujeres con empleo en Japón tienen contratos temporales, un porcentaje muy alto en comparación con los hombres. Japón está cerca solo de Italia en esta cuestión.
La tecnología de Japón arribará a Ecuador
Ecuador y Japón inician la celebración del centenario de sus relaciones diplomáticas con una feria-exposición tecnológica.
Hace cien años, las relaciones comerciales entre los dos países empezaron a funcionar bajo una base que se mantiene, pues las dos economías siguen siendo complementarias, afirmó el director de operaciones de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade), Óscar Calahorrano, quien coordina la feria.
La Aeade organiza la semana que viene, entre el 9 y el 11, el Motorshow, exposición que se llevará a cabo en el centro de exposiciones Paseo San Francisco, en la localidad de Cumbayá, en el este de la capital ecuatoriana.
Allí se mostrará lo mejor de la tecnología automotriz japonesa, pero también expondrá sobre un sinnúmero de matices de la cultura del país asiático, con el objetivo de que los ecuatorianos “puedan vivir una experiencia japonesa” sin precedentes, anotó Calahorrano. “Queremos traer una pequeña muestra de Japón, de su cultura, de su industria, de sus servicios para que los ecuatorianos puedan conocer más de cerca esta cultura milenaria”, añadió al explicar que también la Universidad San Francisco de Quito se ha sumado a la celebración. (I) EFE