Jair Bolsonaro quiere borrar el golpe militar
El abogado Carlos Alexandre Klomfahs solicitó a la Justicia Federal, en Brasilia, que prohíba la futura revisión de los libros didácticos en lo que se refiere a la dictadura militar que imperó en el país desde 1964 hasta 1985.
Horas antes el ministro de Educación de Brasil, el profesor de origen colombiano Ricardo Vélez Rodríguez, anunció que en los libros escolares se quitarán las actuales referencias al golpe de Estado, que ahora será abordado como un movimiento impulsado por la sociedad civil.
El 31 de marzo de 1964 fue separado de su cargo el presidente constitucional Joao Goulart como consecuencia de “una decisión soberana de la sociedad brasileña”, que dio lugar a un “régimen democrático de fuerza”, planteó el funcionario.
Su opinión coincide con la del presidente y militar retirado Jair Bolsonaro, quien la semana pasada reiteró que el régimen que gobernó entre 1964 y 1985 “no fue una dictadura”.
Bolsonaro incluso suprimió un decreto de 2011 que prohibía celebrar la dictadura y determinó que el 31 de marzo esta sea conmemorada en los cuarteles militares.
Pero el Gobierno insiste en esta versión incluso frente a la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El ejecutivo brasileño envió a inicios de semana un telegrama a la ONU enfatizando que los 21 años de gobiernos militares fueron necesarios “para apartar la creciente amenaza de una toma comunista de Brasil y garantizar la preservación de las instituciones nacionales, en el contexto de la Guerra Fría”, comunicó la BBC Brasil.
Sin embargo, la ONU recordó que entre 1964 y 1985 fueron asesinados 8.000 indígenas y al menos 434 disidentes políticos murieron, por lo que es “inmoral e inadmisible conmemorar un régimen que trajo tal sufrimiento a la población”.
Klomfahs espera una decisión favorable de la Justicia que dé prestigio a los “principios democráticos, la soberanía popular, la democracia participativa y la pluralidad política”, previstos en la actual Carta Magna.
La historia
El ministro “está haciendo propaganda política”, replicó el profesor Roberto Romano, responsable de Ética en la Universidad de Campinas.
“Hay una historiografía científicamente establecida con testimonios históricos, documentos, personas aún vivas que fueron torturadas, exiliados que demuestran que en Brasil hubo una dictadura”, sostuvo el académico.
El martes, el presidente Bolsonaro dijo en Israel, tras visitar el memorial del Holocausto, que el nazismo fue un movimiento de izquierda. Ese mismo día, el ministro de Exteriores, Ernesto Araújo, le recomendó leer con más “profundidad” la historia de la primera mitad del siglo XX.
“La historia es manipulada por esta nueva derecha con fines políticos, para legitimar sus objetivos”, planteó el historiador Bruno Leal, de la Universidad de Brasilia. (I)