El presidente de Italia, Sergio Mattarella, disolvió ayer el Parlamento, cuyo mandato estaba a punto de finalizar, sumiendo al país en una agitada campaña para las elecciones legislativas previstas para el 4 de marzo.

La tarde de ayer, el jefe del Gobierno, Paolo Gentiloni, acudió al Palacio de Quirinal, sede de la presidencia, donde se reunió con Mattarella y anunció que, con la adopción del presupuesto para 2018, el trabajo del Parlamento elegido en 2013 concluyó.

En virtud del ritual establecido, Mattarella recibió después al presidente del Senado, Pietro Grasso, y a su par de la Cámara de Diputados, Laura Baldrini, para expresarles su intención de disolver las dos cámaras. Después Gentiloni refrendó el decreto de disolución y presidió el Consejo de Ministros, donde se fijó la fecha de los comicios.

Analistas estiman que las elecciones anticipadas abrirán un período de inestabilidad política en el país. (I)