Isabel II interfiere en el Brexit
Durante las casi siete décadas que lleva de reinado, Isabel II -de 93 años- ha sido el mejor ejemplo de la neutralidad que se le presupone a la corona británica. Testigo, entre otros, de crisis económicas, pérdidas coloniales, guerras y terrorismo del Ejército Republicano Irlandés (IRA), nunca se había implicado en asuntos políticos. Pero el Brexit puede suponer ahora un antes y un después.
Esta semana el primer ministro británico, Boris Johnson, pidió a la Reina Isabel II la suspensión temporal del Parlamento, lo que fue aceptado, con la consecuencia de interrumpir las sesiones entre el 10 de septiembre y el 14 de octubre, apenas unos días antes de que venza el plazo de salida del Reino Unido de la Unión.
La suspensión del Parlamento requerida por Johnson y aceptada por la Reina generó protestas masivas. Para ellos, la reina no podía tomar una decisión política.
La soberana podía decidir si seguir o no el consejo del jefe del Ejecutivo y negarse a dar su consentimiento para cerrar el Parlamento, pero esta opción, según los analistas, era muy improbable.
Una postura de este tipo habría supuesto que Isabel II abandonase el papel neutral que se ha esforzado por mantener desde que fue coronada en 1953. Como reina siempre ha basado sus pronunciamientos en el criterio propuesto por el primer ministro de turno.
Es por ello que varios políticos de la oposición han acusado a Johnson de “utilizar” a la monarca y ponerla en una situación comprometida al borde de una “crisis constitucional”, con el objetivo de ejecutar a toda costa la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) prevista para el 31 de octubre.
La figura del primer ministro británico tiene la potestad de demandar a la reina que suspenda las sesiones de la Cámara. Por lo general, el Parlamento se prorroga una vez al año -durante unas dos semanas-, cuando es tradicional que se celebre el conocido como “Discurso de la reina”, en el que la soberana lee un documento elaborado por el Gobierno que detalla sus planes para el siguiente ejercicio y que este año tendrá lugar el 14 de octubre.
No obstante, la reina Isabel II no tenía margen de acción, como explica el corresponsal de la BBC para temas reales Jonny Dymond.
“La reina tiene que seguir el consejo de su primer ministro”, señala Dymond.
El corresponsal añade que, por más que muchas personas puedan estar molestas ante el hecho de que el Parlamento no sesione en estos momentos, existen precedentes que respaldan la posición de quienes tomaron esta decisión. (I)