"Mire las calles esta noche, estamos felices", lanza Giti, una iraní que celebraba este martes de noche junto a numerosos compatriotas el acuerdo concluido en Viena entre Irán y las grandes potencias.

Poco después de romper el ayuno sagrado del Ramadán, centenares de personas comenzaron a acudir hacia la avenida principal de Teherán, Valiye Asr, haciendo sonar las bocinas de sus vehículos.

"Quizás", la situación económica "va a cambiar, especialmente para los jóvenes", espera Giti, de 42 años, quien vivió en Canadá y Estados Unidos, y soñaba con volver al país antes del acuerdo, añadiendo: "pensaba irme, pero ahora me voy a quedar para ver qué pasa".

"¡Estamos felices!", dice exultante Parvaneh Farvadi, una joven mujer de 32 años. "Gracias (Mohamad Javad) Zarif (ministro de Exteriores iraní)", añadiendo: "Me gusta John Kerry (secretario de Estado norteamericano), los dos han hecho mucho por nosotros".

Irán y las grandes potencias lograron concluir este martes en Viena un acuerdo sobre el programa nuclear iraní, un asunto que envenenaba las relaciones internacionales desde hacía doce años.

Este acuerdo hace casi imposible el desarrollo de una bomba atómica por parte de Teherán durante varios años, a cambio de un levantamiento progresivo y reversible a partir del primer semestre de 2016 de las sanciones internacionales que asfixian a la economía iraní.

Si tanto el Ramadán como el fuerte calor reinante en Teherán (39 grados centígrados) hicieron imposible cualquier festejo inmediato tras el anuncio oficial del acuerdo al mediodía en el país, las concentraciones se produjeron al caer la noche, con la ruptura del ayuno.

Se espera un Boom de la economía

Para todos los habitantes de Teherán consultados, no hay dudas en cuanto a que el acuerdo y el consiguiente levantamiento de las sanciones internacionales provocarán un "boom" de la economía iraní y una mejora de la vida cotidiana.

"Todo es como una cadena a la que estamos todos conectados", declara Ali Alizadeh, un desocupado de 42 años, quien se encontraba en el centro de Teherán tras el anuncio del acuerdo. "Si una fábrica o una tienda de modas como la que tenía antes pudiera reabrir, al menos 20 personas tendrían empleo y 20 familias lo disfrutarían", explica.

"Si las sanciones son levantadas, la flota de aviones será renovada" y la llegada a Irán de "medicamentos para enfermedades particulares, facilitado", se congratula por su parte Behnam Arian, de 36 años, experto contable en una empresa privada.

No obstante, añade que los resultados positivos no llegarán inmediatamente, esto llevará "al menos seis meses", a su parecer.

Para Hamid Bahri, un ingeniero de 34 años, especializado en proyectos de desarrollo del gobierno, "no hubo un mal acuerdo, porque cada una de las partes sacará beneficios, y las potencias mundiales asegurarán sus intereses en Irán en los próximos años".

"El acuerdo también es bueno porque aporta la paz a nuestra región y, ahora, los grupos terroristas serán destruidos gradualmente", añade, haciendo alusión en particular a la organización yihadista Estado Islámico (EI), que comete atrocidades en varios países de la región.

En su opinión, "cuando el mundo nos reconozca como un país pacífico (...) las inversiones extranjeras van a afluir y esto tendrá un impacto positivo sobre nuestras vidas".

En un tuit, un iraní afirmó que Zarif y Kerry, quienes negociaron durante casi tres semanas en Viena, "merecen el premio Nobel de la paz". (I)