Indígenas panameños toman hidroeléctrica Barro Blanco
Los indígenas que viven en los alrededores de la hidroeléctrica que se construye en Barro Blanco, en el occidente de Panamá, tomaron hoy la obra sin encontrar resistencia de los obreros, confirmó hoy un dirigente.
Al mismo tiempo, en otros lugares se alistan movimientos de apoyo en una acción coordinada de antemano y que llevará al levantamiento de los pueblos NgÃñbe Buglé y comunidades campesinas, dijo Liborio Miranda, del Congreso General de la etnia.
No hay guardias antimotines en el lugar, pero están cerca, afirmó al reiterar que los campesinos convocaron para mañana una manifestación para el río San Pablo, en el cruce con la Interamericana y tienen intenciones de cerrar la vía.
Ante informaciones de preparativos de protestas en comunidades indígenas y negativas a continuar el diálogo, el Gobierno de Panamá reiteró hoy su compromiso y disposición para mediar y resolver el conflicto de la hidroeléctrica Barro Blanco.
Un comunicado de la comisión de alto nivel, encabezado por la vicepresidenta Isabel de Saint Malo, aseguró que apoyará la solución conjunta de las incompatibilidades demostradas de la obra y su entorno, "garantizando los mecanismos de transparencia y responsabilidad".
En evidente respuesta a acusaciones recientes de grupos indígenas, la nota insistió en que el Gobierno respeta los derechos humanos de las comunidades impactadas por la construcción del proyecto hidroeléctrico, demostrado en el diálogo franco y abierto sobre el asunto.
No obstante, el comunicado nuevamente bajo el argumento de la "seguridad jurídica" y el "interés nacional", reafirmó la continuidad del proyecto de construcción de la central eléctrica.
"El Gobierno mantiene su disposición de resolver este conflicto mediante el consenso y respeto de las partes", dice el comunicado que reiteró el regreso a la mesa de negociaciones.
Varios ultimátum de grupos de la etnia NgÃñbe Buglé para el cierre definitivo de Barro Blanco, se vencieron o el plazo está cerca de concluir, mientras es explícita la negativa de la comisión de diálogo indígena y campesina para volver a la mesa de negociaciones y esta acción de fuerza así lo demuestra.
La víspera, una comisión de altos funcionarios gubernamentales fue hasta la comunidad de Quebrada Caña, muy cerca de la polémica hidroeléctrica, en respuesta a la exigencia de los vecinos para que el propio presidente, Juan Carlos Varela, tome cartas en el asunto.
Un comunicado de la Presidencia informó sobre el encuentro, donde dialogaron con la cacica suplente Clementina Pérez, quien encabeza el movimiento denominado 22 de Septiembre, la cual reiteró mediante nota su posición frente al proyecto de la central eléctrica.
En la población subyacen temores de que se reproduzcan las manifestaciones de 2012, cuando la población NgÃñbe Buglé se levantó masivamente en defensa de sus ríos y enfrentó una cruenta represión que dejó varios muertos y centenares de heridos y mutilados. (I)