El fiscal general de Honduras, Luis Rubí, calificó este martes de accidental el incendio ocurrido hace una semana en una cárcel de la zona central de Honduras, donde perecieron 359 personas.

"Todo indica (...) de las investigaciones realizadas, que no se ha podido determinar que han existido actos dolosos encaminados a decir que (el siniestro) se produjo como consecuencia de un acto criminal", subrayó en una entrevista difundida por el Canal 5 de la cadena Televicentro.

Contrario a este criterio el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras denunció el jueves pasado que una fuga planificada provocó el fuego en la prisión de Comayagua.

Había "una fuga planificada de 85 reos que pagaron cerca de 85 mil lempiras (cuatro mil 468 dólares) cada uno", indicó a la agrupación civil un recluso parte del complot, que demandó el anonimato.

Acorde con su testimonio, el plan era que los guardias del centro penitenciario abrieran los candados de las celdas a las 22:00 horas del martes pasado para que los 85 complotados huyeran con uniformes de policía y dispararan al aire para simular resistencia.

Rubí manifestó que está prácticamente descartado que la causa de la tragedia haya sido el empleo de combustible u otra sustancia inflamable. "Estamos a la espera de los informes para que realmente tengamos una versión exacta de qué fue lo que sucedió”, indicó el funcionario.

También informó que el documento completo sobre este suceso estará listo en unos 15 días.

Por su parte Naciones Unidas reclamó este viernes al gobierno hondureño una profunda investigación sobre las causas del peor siniestro carcelario acontecido en este país centroamericano en menos de una década.

La población penitenciaria en este país es de 12 mil 128 internos, muy por encima de la capacidad de ocho mil 230.

En este sentido el presidente hondureño, Porfirio Lobo, declaró una emergencia en nueve de las 24 prisiones de la nación en julio de 2010, debido a la sobrepoblación en el sistema. /PL