Huelga general en Brasil con batalla campal en Río de Janeiro
Al menos 8 autobuses fueron incendiados el viernes en Río de Janeiro durante enfrentamientos entre policías y manifestantes en el marco de una huelga general que paralizó los transportes y numerosos servicios públicos en las mayores ciudades de Brasil.
Los choques se iniciaron al comienzo de la tarde cerca de la Asamblea Legislativa del Estado de Rio y culminaron al caer la noche, cuando la policía cargó contra grupos que se concentraban en las inmediaciones de la plaza Cinelandia, donde se realizaba una protesta pacífica contra las medidas de austeridad del presidente Michel Temer, indicaron reporteros de la AFP.
Varios grupos de jóvenes levantaron barricadas y destrozaron mobiliario urbano, al tiempo que los manifestantes buscaban salir del lugar en medio de la humareda provocada por los incendios y por los gases lacrimógenos lanzados por los cuerpos antidisturbios de la policía.
Ya durante la mañana, la policía había intervenido contra activistas que bloqueaban calles de Sao Paulo y otras ciudades.
El paro fue convocado por las principales centrales sindicales, contra los proyectos de reforma del sistema de jubilaciones y de flexibilización de los contratos de trabajo.
Ambas iniciativas están en votación en el Congreso como parte del programa del gobierno para enderezar las cuentas públicas y sacar a Brasil de la peor recesión de su historia. Según datos oficiales publicados este viernes, el desempleo en la mayor economía latinoamericana alcanzó un nuevo nivel récord de 13,7%, con 14,2 millones de personas en busca de trabajo.
Se trata, según la Central Única de Trabajadores (CUT), de la primera huelga general desde junio de 1996, en esa ocasión contra las privatizaciones y las medidas de flexibilización de los derechos laborales impulsadas por el gobierno socialdemócrata de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).
Tanto para la CUT, ligada a la izquierda, como para Força Sindical (FS) -cuyo presidente es diputado de la base aliada del conservador Temer- la jornada fue un éxito. Según FS, casi 40 millones de brasileños adhirieron a la medida de fuerza. (I)