Caracas.-

La oposición venezolana redobló ayer la presión contra el presidente Nicolás Maduro, con una huelga general acatada tímidamente ya que el gobierno amenazó con expropiar a las empresas que cesen sus actividades.

En Caracas, Maracaibo -segunda ciudad del país-, San Cristóbal y otras capitales de estados, se registró menos movimiento de personas que lo usual, pero el transporte, la mayoría de comercios y escuelas funcionaron, aunque muchos niños no acudieron, en tanto que los bancos sí abrieron.

El vital sector petrolero, bajo control del Estado, operaba sin contratiempos.

La huelga, que comenzó a las 06:00 locales y concluyó las 18:00 (22:00), es parte de la ofensiva que lanzó el miércoles la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para forzar la salida de Maduro del poder, tras la suspensión hace una semana del referendo revocatorio contra el mandatario socialista.

“No estoy de acuerdo con el gobierno de Maduro, pero tuve que abrir porque, como está la situación en el país es muy difícil dejar de trabajar un día”, se lamentó Alfonso Brito, dueño de un puesto de meriendas en el este de Caracas que, por la huelga, vendía menos de lo usual.

Efectivos de la Fuerza Armada, cuyo alto mando declaró esta semana ‘lealtad incondicional’ al presidente Maduro, inspeccionaron 720 compañías para verificar que estén funcionando. “Vamos a tener un despliegue para garantizar al pueblo acceso a los alimentos y medicinas, que ningún hospital esté parado. La única manera de salir de las dificultades es trabajando”, declaró el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López.

Desde el estado de Portuguesa, en el centro del país, el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PUSV), Diosdado Cabello, advirtió que hay un sector de la población que está siendo manipulado por los medios de comunicación para que el gobierno bolivariano pierda respaldo y credibilidad.

Cabello también advirtió que los directivos de Fedecámaras y el empresario Lorenzo Mendoza, presidente del grupo Polar, mayor productor de alimentos de Venezuela, deberían ser detenidos por promover una ‘guerra económica’.

El gobierno acusa a los empresarios de planear un nuevo ‘golpe’. Pero Fedecámaras afirma que se trata de una ‘huelga ciudadana’, no patronal.

A pesar de que la oposición calificó el paro como un ‘éxito’, en Caracas las panaderías, farmacias y supermercados estaban abiertos y con las ya habituales filas de compradores en busca de bienes escasos. En el resto del país, la medida se cumplía a medias.

Nicolás Maduro, por su parte, manifestó que el paro fracasó y agradeció al pueblo por su ‘dedicación’ al trabajo. “Nadie le paró al llamado al paro de estos improvisados de la derecha. El país estuvo al 100%. El paro de la derecha golpista fracasó”.

Al paro de 12 horas precedió un anuncio del presidente de un aumento del salario mínimo de un 40%. La cuarta subida este año en Venezuela, con una crisis económica cada vez más grave y una inflación por las nubes. La principal patronal venezolana advirtió de que dicho incremento puede llevar a la pérdida de empleos y al cierre de empresas que no puedan afrontarlo.

Juicio político

Para el próximo 3 de noviembre está prevista otra marcha al palacio presidencial de Miraflores, en Caracas. Este día, la Asamblea Nacional, dominada por la oposición, espera declarar a Maduro ‘en abandono del cargo’, como parte de la fase inicial de un ‘juicio político’ de responsabilidad por la grave crisis política y económica.

El presidente fue citado a comparecer el próximo martes a las 15:00 locales ante la Asamblea. No obstante, Maduro amenazó ayer a los diputados opositores con llevarlos a prisión si le inician un juicio político, que calificó de un ‘golpe de Estado’.

“Si hacen un supuesto juicio político que no está en nuestra Carta Magna, la Procuraduría debe presentar una demanda ante los tribunales de justicia y llevar a la cárcel a los que violen la Constitución, aunque sean diputados”, advirtió Maduro.

“Yo no me voy a quedar cruzado de brazos ante ese golpe de Estado. Más temprano que tarde les llegará la justicia, que les quede claro a los golpistas”, subrayó enérgicamente el Mandatario en un acto público frente al palacio presidencial de Miraflores. (I)

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La carta democrática se analizará

Venezuela centra debate de Cumbre Iberoamericana

La crisis política y económica en Venezuela está en la mira de los 22 países asistentes a la XXV Cumbre Iberoamericana que arrancó ayer en Cartagena, Colombia, donde el mandatario Nicolás Maduro es esperado hoy para el encuentro de presidentes.

El mandatario peruano, Pedro Pablo Kuczynski, dijo a su arribo a Cartagena que ve “con mucho optimismo a esta cumbre”, entre otras cosas, porque se va a dar la oportunidad de tratar “los temas del vecino país, Venezuela”.

Kuczynski anunció que aprovecharía la reunión para insistir en la activación de la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA) para el gobierno de Maduro y pedirá a los países de la región desplegar ‘un operativo de ayuda humanitaria a Venezuela’, ante la escasez de alimentos y medicinas.

La Carta Democrática faculta a la OEA a intervenir en casos de alteración del orden institucional en un país miembro y, de aprobarse, podría acarrear sanciones contra la nación caribeña.

Además de la iniciativa peruana se anunció una reunión del Mercosur -constituido por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela para hablar sobre la creciente tensión entre el gobierno de Maduro y la oposición.

Sin embargo, ayer la canciller argentina, Susana Malcorra, dijo a periodistas que aunque no está prevista ‘una reunión formal de cancilleres del Mercosur (...) seguramente discutirán el tema’. (I)