Bajo un clima político miles homenajean a Marielle Franco en Brasil
Un total de 1.000 placas conmemorativas de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco se repartieron entre los miles de simpatizantes que se acercaron a la céntrica plaza de Cinelandia, quienes recordaron y reivindicaron la figura de la política de cuyo asesinato se cumplieron siete meses este domingo 14 de octubre.
Un homenaje que además pretendía dar una respuesta a los diputados del partido liderado por el ultraderechista Jair Bolsonaro (PSL), Daniel Silveira y Rodrigo Amorim, quienes hace dos semanas rompieron en público la placa en recuerdo de Franco que habían colocado en este céntrico lugar carioca, una acción de la que se jactaron en sus redes sociales.
La activista Mónica Benicio, viuda de la exconcejala de Río de Janeiro, afirmó que fue una respuesta "a un acto vandálico, antidemocrático y bárbaro que perseguía herir la memoria de Marielle", de unos "candidatos que ya han sido electos" en la primera vuelta de las elecciones del pasado 7 de octubre.
"Hemos hecho una recolecta de dinero por internet que tenía el propósito de hacer 100 placas iguales a la que fue destruida y conseguimos dinero para la construcción de 1.000", explicó Benicio.
Dado el clima electoral que vive Brasil, marcado por una fuerte polarización de la población, que el 28 de octubre tendrá que elegir entre Bolsonaro y el progresista Fernando Haddad, la concentración tuvo un fuerte tono político donde el "Ele nao" (Él no), "Dictadura nunca mais" (Dictadura nunca más) y "Haddad sim" (Haddad sí) fueron la banda sonora.
En este politizado ambiente Benicio, calificó de "muy preocupante el escenario actual en Brasil", porque Bolsonaro, que lidera las encuestas de intención de voto, "es un candidato machista, racista, homofóbico, que tiene un discurso absolutamente contrario a lo que Marielle representaba y por lo que yo lucho", manifestó.
Para una de las organizadoras del homenaje, Martha Mendoça, este hecho realizado por integrantes del equipo de Bolsonaro (la ruptura de las placas), uno de ellos uno de los diputados estatales más votados en Río, "es una demostración de la escala de odio que está tomando la política en Brasil y de la polarización". (I)