Gran Bretaña despliega fuerzas especiales SAS a Irak
Gran Bretaña desplegó en secreto a comandos de las fuerzas especiales SAS al norte de Irak, donde miles de civiles se encuentran atrapados en las montañas de Sinjar tras la violencia de yihadistas del Estado Islámico iraquí (EI, ex ISIS), aumentando la posibilidad de que el Ejército británico se sume eventualmente a la campaña de bombardeos aéreos lanzada por Estados Unidos en ese país.
Soldados de las SAS, que supuestamente se encuentran en Irak desde hace seis semanas, comenzaron a trabajar en operativos secretos con las fuerzas estadounidenses para recolectar y socavar información de Inteligencia en la región.
Tras el anuncio filtrado a la prensa británica, un portavoz del Ministerio de Defensa en Londres se negó a dar detalles del operativo.
Gran Bretaña ha enviado varios aviones Tornado y helicópteros Chinook de la Fuerza Aérea británica (RAF) para tareas de ayuda humanitaria y rescate, pero se ha negado a participar de bombardeos aéreos, como le piden al primer ministro David Cameron generales, comandantes y políticos conservadores.
El jefe del gobierno británico decidió suspender esta semana sus vacaciones de verano en Portugal y regresar el pasado 13 de agosto a Londres, donde encabezó varias reuniones de emergencia Cobra.
Cameron dijo que el Reino Unido "dará apoyo a los kurdos".
"En cuanto a las municiones que están recibiendo, Gran Bretaña va a ayudar a que las obtengan. Lo que ellos quieren son municiones y armas como las que venían usando. Nuestro país los está ayudando", subrayó el premier.
Sin embargo, se negó a convocar a una sesión extraordinario en el Parlamento, que se encuentra en receso de verano.
Varios generales, políticos conservadores y hasta autoridades religiosas de derecha exigieron al mandatario que pida autorización a la Cámara de los Comunes para iniciar el bombardeo aéreo contra yihadistas del EI.
"Esta es una operación humanitaria y no considero necesario llamar al Parlamento. De todos modos, siempre mantenemos la situación bajo revisión en caso de cambios", continuó.
Sin embargo, el anuncio del envío de soldados SAS al norte de Irak provocó que varios políticos se enfurecieran con el Primer Ministro.
Sir Menzies Campbell, exjefe de los Liberales Democráticos, consideró que Cameron debe convocar a una sesión en los Comunes si tiene alguna intención de intensificar la participación militar británica en Irak.
"Nos hemos enterado que estamos aumentando nuestra participación en ese conflicto”, subrayó.
"El Primer Ministro tiene la obligación de convocar a una sesión en el Parlamento para explicar lo que está ocurriendo", indicó Campbell.
Por su parte, el coronel Tim Collins, comandante del Primer Batallón del Real Regimiento Irlandés, advirtió que antiguas civilizaciones de Irak "podrían terminar siendo exterminadas" al menos que se tomen acciones contra el avance de EI.
El militar también consideró que el gobierno británico "se está durmiendo" sobre el tema, y acusó a los políticos "por negarse a aceptar la responsabilidad moral de actuar".
Esta semana, un sondeo elaborado por la consultora YouGov para el periódico The Times concluyó que un 40% de los británicos apoya una campaña de bombardeos aéreos contra los yihadistas en Irak.
Sin embargo, un 36% de los entrevistados se opuso a una acción de ese tipo, al temer que Gran Bretaña quede envuelta en un nuevo conflicto bélico en Irak, como ocurrió en 2003.
Una encuesta similar publicada en el diario sensacionalista The Sun, concluyó que un 37% de los británicos están a favor de una intervención militar, contra el 36% que se opone. Un 27% dijo no tener una opinión formada al respecto.
Lo cierto es que la oposición Laborista, que ha resurgido en las últimas encuestas de opinión superando a los conservadores por más de siete puntos, dio la bienvenida a las tareas de ayuda y rescate humanitario, pero se negó a pedir al gobierno que se sume en la campaña militar estadounidense.