Caracas.- La televisora venezolana privada Globovisión cuenta desde ayer con nueva directiva, que anunció un viraje gradual hacia una línea editorial de “centro”. El periodista Vladimir Villegas, quien ocupó altos cargos en el gobierno chavista de Venezuela antes de adoptar una línea opositora, rechazó ser el director general del canal.

El canal fue vendido por sus propietarios, la familia Zuloaga, en abierto enfrentamiento con el gobierno, por razones económicas y el conflicto con las autoridades. Sus nuevos dueños son Juan Domingo Cordero, ex presidente de la Bolsa de Valores de Caracas; Raúl Gorrín y Gustavo Perdomo.

Vladimir Villegas fue nombrado en la dirección del canal junto con Leopoldo Castillo, uno de los periodistas estelares de Globovisión.

Sin embargo, el comunicador, quien es hermano de Ernesto Villegas, ministro de Comunicaciones del  gobierno de Nicolás Maduro, explicó que no estará al frente del canal porque tuvo “algunas diferencias con respecto a las competencias del director”.

“Tuvimos diferencias y no pude aceptar en esas condiciones la dirección general porque no estaban acorde con mi función de periodista. Esta situación es insostenible”, explicó ayer Villegas a la emisora Unión Radio, en la que dirige un programa.

“Para tener diferencias con respecto a lo que van a hacer prefiero no asumirlo. El periodismo con el que sueño es libre, autónomo”, añadió Villegas, quien sin embargo aseguró que su abandono fue de “la manera más civilizada, no hubo portazos”.

La venta del canal de televisión Globovisión, en el aire desde 1994 y el único en señal abierta identificado con la oposición en Venezuela, se concretó este lunes.

Carlos Zuloaga, el hijo menor de Guillermo Zuloaga, fundador de Globovisión, fue el encargado de comunicar el cierre. “Ya la venta se cerró”. “Yo ya tengo lista mi renuncia y la de mi papá, lo que queda es entregarla”, aclaró Zuloaga.

Los ex directivos reunieron a los empleados de Globovisión para informarles que a partir de hoy están bajo una nueva administración.

En una carta leída por su hijo, Guillermo Zuloaga, quien presidió Globovisión durante 18 años, aseguró que la venta del canal le genera “sentimientos encontrados” y afirmó que las negociaciones “han sido impecables” durante el proceso de venta. “Para mantener a Globovisión abierta hace falta más que dinero”.

“A nuestra querida audiencia, gracias a su lealtad Globovisión sobrevivió momentos importantes, sigan fieles y críticos a esa pantalla. No me despido porque estaré en contacto”, finalizó Zuloaga, quien se exilió en Estados Unidos, luego de que el fallecido presidente Hugo Chávez lo amenazara con llevarlo a la cárcel por sus opiniones críticas a su gobierno.

La venta del canal comprende el 80% de las acciones que está en manos de dos familias, mientras que el otro 20% de la televisora fue confiscado por el gobierno hace tres años a su propietario, que mantiene demandas contra el Estado para recuperarlo.

Por su parte, Leopoldo Castillo, periodista y nuevo directivo del canal, dijo que “la Globovisión que vivimos en los últimos 12 años, no es la que vamos a vivir. Yo quiero poner las cosas claras, lo demás es engaño”, aseveró.

VENTA FORZADA POR PROBLEMAS FINANCIEROS

En los últimos años Globovisión atravesó  problemas de desinversión en tecnología y personal. “Gastamos más en abogados que en ingenieros”, dijo una vez su directora María Fernanda Flores. El permiso para operar, por otra parte, caduca en 2015.

Globovisión acumula varias sanciones administrativas, multimillonarias multas y ha sido amenazada de cierre en varias ocasiones por el gobierno chavista, al que acusaba de perseguirlos.

Para evitar el embargo de bienes y que le revocaran la concesión de la frecuencia, el medio pagó el año pasado una multa de $ 2,1 millones que le impuso el ente regulador Conatel, tras acusarlo de hacer “apología del delito” en la cobertura periodística de un sangriento motín carcelario en junio de 2011. En marzo pasado se anunció su venta.