La apertura de una investigación sobre la existencia de una supuesta red de extrema derecha infiltrada en el Ejército alemán y las prácticas sádicas no sancionadas abrió una crisis entre la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, y las Fuerzas Armadas del país.

La inclinación política-ideológica fue la razón principal de la expulsión de 18 soldados entre 2012 y 2016, aseguró el Ministerio en alusión al fenómeno de xenofobia extendido a la Bundeswehr (Fuerzas Armadas unificadas de Alemania y su administración civil).

La cifra salió a la luz en pleno escándalo, luego de que fuese detenido un teniente (Franco A.) por identificarse como solicitante sirio de asilo para -presuntamente- cometer un ataque de corte xenófobo, añadió la fuente.

Debido al alarmante incidente, la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, canceló la víspera su visita a Estados Unidos para desplazarse rumbo a la unidad en la que se hallaba el militar, en una localidad francesa cercana a la frontera con Alemania, donde está el soldado detenido, y en donde los mandos militares investigan para saber si existe una red más amplia próxima a la extrema derecha.

Además, la ministra convocó para hoy, en Berlín, a los altos mandos, generales y almirantes para pedirles que no toleren los deslices en las Fuerzas Armadas.

La ministra de Defensa reprocha a la jerarquía militar que ha cerrado los ojos con respecto a los rituales acostumbrados en los cuarteles, como prácticas sádicas de los jóvenes reclutas, soldados humillados y obligados a correr hasta el agotamiento, incluso, la violación de un suboficial. Sus críticas “destruyeron mucho la confianza” que la tropa tenía, manifestó André Wustner, responsable de la Bundeswehrverband.

Ursula von der Leyen se encuentra “en una zona peligrosa”, estimó por su parte el diario Handelsblatt. “Al ‘establishment’ de la Bundeswehr no le gusta que lo juzguen”, agregó. (I)