Foro destaca fuerza de la región para evitar crisis
La buena salud de la economía de América Latina debe ser utilizada para proteger a la región contra la crisis financiera internacional, que hace tambalear a Europa y que tarde o temprano afectará al subcontinente, sugirieron ayer ministros y analistas en la apertura del Foro Económico Mundial de Davos.
El encuentro económico también comenzó ayer con una clara preocupación por el crecimiento global y la creación de empleo ante el aumento de la población en un sistema globalizado que requiere cambios y nuevos modelos.
Los copresidentes del Foro de Davos de 2012 destacaron en la rueda de prensa inaugural que la principal prioridad actualmente y en los próximos diez años es la creación de empleos y recordaron que el desempleo fue una de las causas de las recientes tensiones en el norte de África.
En este sentido, el consejero delegado del banco estadounidense Citigroup, Vikram Pandit, expresó que en los próximos diez años Latinoamérica debe crear 40 millones de nuevos empleos y Estados Unidos, 20 millones.
El consejero delegado de la multinacional británica de alimentación Unilever, Paul Polman, recordó que 1.000 millones de personas se van a la cama todos los días con hambre. La oferta de alimentos debe aumentar un 70% hasta 2020, para alimentar a la población mundial, según Polman.
Es probable que este sea el primer año en que la situación en América Latina es analizada en Davos como un ejemplo a seguir y no como un cúmulo de problemas por resolver, los que ahora aparecen concentrados en las economías de la Unión Europea, atrapadas en una crisis de deuda soberana.
Políticos, empresarios y académicos se reunieron ayer en la primera sesión y que estuvo dedicada a América Latina y en la que, si bien hubo elogios a la estabilidad macroeconómica en la gran mayoría de países de la región, también se advirtió que aún no se han tendido las bases para un crecimiento sostenible en el futuro.
El ministro de Minas y Energía de Colombia, Mauricio Cárdenas, se refirió al problema estructural de la baja productividad en América Latina, cuya solución -opinó- pasa por atender el problema de la informalidad, que es más alta que en otras partes del mundo.
“Estos no son momentos para la autocomplacencia, estamos ante una crisis mayor que sin duda nos tocará, con la diferencia de que ahora tenemos más herramientas de política monetaria y fiscal”, agregó el ministro colombiano. Un gran cambio que Cárdenas observó en América Latina tiene que ver con haber pasado de la obsesión por las exportaciones a preocuparnos más por los mercados nacionales.
“Los mercados internos se han convertido en actores claves” coincidió el secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias, tras resaltar que los precios de las materias primas han sido históricamente un termómetro fundamental del crecimiento y que esta situación se repite ahora por los altos precios que estos productos tienen en los mercados internacionales.
Pero Iglesias advirtió que sería un grave error pensar que este único factor permitirá sostener el crecimiento en el futuro.
El profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México, Guillermo Ortiz, consideró que una de las lecciones más importantes aprendidas por los países latinoamericanos se refiere al reforzamiento de los sistemas financieros nacionales, lo que ahora permite que podamos soportar la crisis financiera europea.
Sobre las inversiones en la extracción de recursos naturales, una cuestión que ha originado protestas y levantamientos populares en la historia reciente de varios países latinoamericanos, Cárdenas sostuvo que la clave del éxito es aprovechar el “boom” de las materias primas en un contexto de democracia.
El ministro colombiano defendió asimismo el modelo económico que integra la participación del Estado en las actividades de las empresas, particularmente de aquellas vinculadas con la explotación de recursos naturales.
Denominado “capitalismo estatal”, los participantes de la sesión sobre América Latina tuvieron opiniones divergentes sobre este modelo, que Ortiz señaló que es aplicable en el sector energético mexicano.
El empresario venezolano Lorenzo Mendoza, director ejecutivo de Empresas Polar, alertó sobre los riesgos de la participación del Estado en ese tipo de negocios, los que van desde la carencia de mecanismos que garanticen la transparencia de las decisiones hasta la corrupción como tal.
“El capitalismo de Estado puede ser peligroso para democracias estables en América Latina. Los conflictos de interés, en cuestiones de reglas, gestión y regulación, pueden surgir rápidamente”, sostuvo.