La crisis humanitaria, económica, migratoria y política de Venezuela fue uno de los temas que se discutió en la asamblea de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial (BM), en la que se volvió a constatar los límites del multilateralismo.

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, aseguró que la institución está lista para el día en que Venezuela diga “por favor, vengan a ayudar”, aunque remarcó que el respaldo necesitado será “enorme”.

A pesar de ese anhelo, la normativa del Fondo impide que ofrezca asistencia al líder opositor Juan Guaidó, quien se proclamó presidente en enero pasado tras declarar ilegítimo el nuevo mandato de Nicolás Maduro. Esto, mientras no haya consenso entre sus integrantes sobre si lo reconocen.

Es que no todos los países reconocen a Guaidó. Naciones con importante peso dentro del FMI, como Rusia y China, siguen respaldando a Maduro.

“Hay algunos -países- que analizan su posición. A pesar de ello estamos preparados para actuar y desplegar todos nuestros recursos si se nos pide ayudar, junto con otros”, dijo Lagarde.

Pero otro desafío que afrontan esos organismos multilaterales es solucionar la crisis a nivel migratorio.

Al respecto, Axel van Trotsenburg, vicepresidente del BM para América Latina, indicó que la “masiva y rápida migración” desde ese país caribeño es un desafío humanitario “sin precedentes” en la región, con más de 3,7 venezolanos que han salido de su tierra en los últimos años.

Guaidó descarta intervención militar en Venezuela

Guaidó, quien también es el jefe del Parlamento, aseguró que no está sobre la mesa la posibilidad de una intervención militar para poner fin al régimen de Maduro.

“El único que puede autorizar una misión e intervención extranjera es el Parlamento Nacional. Esto elimina cualquier posibilidad de intervención militar”, dijo el presidente interino al diario argentino Clarín.

Aseveró que el 97% del país está en contra de Maduro y el 91% quiere un cambio de Gobierno. (I)