Amou Haji, considerado como 'el hombre más sucio del mundo', falleció en Irán a los 94 años. La persona, que vivía como ermitaño en Dezhgah, una aldea de la provincia de Fars, en el sur del país, había admitido que no se había bañado desde hace más de medio siglo.

Haji, quien era conocido en la localidad como 'Tío Haji', se había negado a recibir ayuda de las autoridades y lucía como un hombre desaliñado cubierto de mugre y hollín. El sujeto se hizo famoso tras un documental publicado en 2013 en el que aseguraba que no se bañaba por "penitencia" y "miedo a enfermarse".

El anciano generó amplia atención de turistas, que acudían a la localidad a tomarse fotografías con él. Haji admitió que utilizaba el humo para su limpieza y según CNN, una investigación aseguró que contaba con un sistema inmunológico fortalecido por su vida entre la suciedad. 

Meses antes de que falleciera, los aldeanos de Dezhgah obligaron a Haji a tomar un baño. Según informó el diario El Mundo, el deceso de Haji no habría estado relacionado al baño, sino a su consumo de carne podrida y agua sin tratamiento sanitario, que habría bebido en una lata oxidada.