Exvicepresidente de EE.UU. revela que guardaba una carta de dimisión secreta
El exvicepresidente de EE.UU. Dick Cheney guardó durante la mayor parte de su etapa en ese cargo una carta de dimisión oculta en una caja fuerte, según reveló en una entrevista concedida a la cadena de televisión NBC.
En la entrevista, que se emitirá la semana próxima pero de la que hoy se han dado a conocer algunos extractos, Cheney, que promociona su autobiografía "My Time", indicó que escribió la carta por si sufría un problema de salud grave.
"Lo hice porque estaba preocupado, por un par de razones. Una era mi propio estado de salud, la posibilidad de que pudiera sufrir un infarto o una apoplejía que me dejara incapacitado", explicó.
"No hay un mecanismo para destituir a un vicepresidente incapacitado para cumplir sus funciones", recordó el que fuera "número dos" del presidente George W Bush.
Cheney firmó la carta, según reveló, en marzo de 2001, dos meses después de su llegada al cargo. Tan sólo uno de sus ayudantes, y el propio Bush, conocían la existencia de la misiva, que permaneció guardada en una caja fuerte bajo el más absoluto de los secretos.
El vicepresidente arrastraba a su llegada a la Casa Blanca un historial de mala salud cardiaca que le había ocasionado ya para entonces cuatro infartos y aún le causaría un quinto.
En la entrevista, el exvicepresidente asegura que su libro, de publicación el próximo día 30, causará polémica: "van a estallar cerebros por todo Washington", declara.
Cheney mantiene también algunas de las prácticas más controvertidas de la Administración Bush en la lucha contra el terrorismo, como el uso de prácticas como la simulación de un ahogamiento en interrogatorios.
"Apoyaría firmemente volver a utilizarlas si tuviéramos un detenido de gran valor y fuera el único modo de obligarle a hablar", explicó el vicepresidente.
El ex mandatario aborda igualmente la cuestión de si Bush se sentirá dolido por las revelaciones de su libro, que incluye detalles de conversaciones privadas entre ambos en asuntos como la guerra de Irak.
"No me planteé avergonzar o no avergonzar al presidente... Si se mira el libro, hay muchos sitios donde digo cosas muy buenas de George Bush, y estoy convencido de cada una de ellas", subrayó.