Tras cumplirse cuatro días del terremoto de 5,1 grados, precedido de otro de 4,4 en la localidad española de  Lorca (región de Murcia) y que dejó nueve muertos y 293 heridos, sus habitantes empezaron a dejar los tres campamentos habilitados por la emergencia, mientras que los migrantes permanecen aún en ellos.

Se calcula que hay aproximadamente 13.000 extranjeros (ecuatorianos, bolivianos, marroquíes...) que se refugian  en las carpas en busca de abrigo y alimentos, y que afirman no tienen a dónde ir.

Desde Lorca, la cónsul de Ecuador en Murcia, Cecilia Erique, manifestó que, de acuerdo con el censo realizado, hasta el momento se han registrado 1.509 compatriotas afectados por el sismo, pero esta no es la cifra final, ya que la recepción de información continuará.

Para ello, los miembros del Consulado instalaron  una oficina móvil  para poder realizar el conteo, además de que han recorrido los tres campamentos donde se encuentran los afectados: el Huerto de la Rueda, el Instituto de Educación Secundaria Ibáñez Martín y La Viña. También tenían previsto  entrar a una casa de campo, donde hay más de diez familias alojadas.

Ahora la legación ecuatoriana está a la espera de la llegada hoy de la secretaria Nacional del Migrante (Senami) de Ecuador, Lorena Escudero, quien  arribó ayer a Madrid para atender la emergencia vivida por nuestros compatriotas. En total, en Lorca, una ciudad de más de 90.000 habitantes, habitan alrededor de 6.000 nacionales.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, se solidarizó, por su parte, con los afectados por el sismo. “Un abrazo para nuestros hermanos en Lorca, en Murcia, ya estamos acompañando a los ecuatorianos que han perdido sus cositas; nuestra solidaridad con el pueblo español”, comentó Correa en su informe semanal de labores.

Mientras tanto, el presidente del gobierno regional murciano, Ramón Luis Valcárcel, pidió a los lorquinos cuyas viviendas han sido declaradas habitables que las ocupen rápidamente para evitar el riesgo de colapsar los tres campamentos de damnificados.

Muchos vecinos de la ciudad intentan regresar a sus casas después de recibir el visto bueno de las autoridades, aunque otros prefieren no hacerlo ante la presencia de grietas en las construcciones.

Fuentes municipales informaron que el 57,76% de los edificios del casco urbano (1.597 de 2.765), mayoritariamente viviendas, ha sido declarado habitable por 26 equipos de arquitectos que inspeccionaron la ciudad en 48 horas y marcaron con color amarillo el 28,61% de las construcciones (791), que requieren reparación antes de que puedan ser habitadas.

Los técnicos marcaron con color verde las edificaciones que no resultaron afectadas y con rojo las que han sufrido daños graves y no podrán ser ocupadas.