El cadáver de Óscar Alberto Pérez ingresó a la morgue de Bello Monte la madrugada de ayer. El gobierno venezolano confirmó que el expolicía murió junto con otros seis hombres de su grupo en la vasta operación de captura desplegada el lunes en las afueras de Caracas.

El ministro del Interior, general Néstor Reverol, incluyó a Pérez, de 36 años, en la lista de los ‘siete terroristas fallecidos’ -entre ellos una mujer- y mostró sus fotografías, durante una comparecencia en la televisión oficial.

“Ante una agresión que puso en riesgo la vida se neutralizó al grupo agresor con el saldo de siete terroristas fallecidos”, aseguró Reverol, al justificar la respuesta de los comandos especiales que participaron en la llamada ‘Operación Gedeón’.

Reverol precisó que otros seis miembros del grupo de Pérez, cuatro hombres y dos mujeres, están “detenidos y son procesados”, en tanto que dos policías murieron y ocho resultaron heridos.

Poco antes del informe del ministro, ante el mutismo que mantenía el gobierno sobre la suerte de Pérez, sus familiares habían clamado por una ‘prueba de vida’.

Durante su rendición de cuentas ante la Asamblea Nacional, el presidente Nicolás Maduro denunció que “este grupo quería desestabilizar al país debido a su terrorismo y su violencia”.

También indicó que “estas células terroristas preparaban un carro bomba para explotarlo frente a una embajada de un país muy querido para luego recibir protección de Colombia”.

El ‘hombre más buscado’
Con 15 años de trayectoria como inspector del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), Pérez se convirtió en el ‘hombre más buscado’ por las fuerzas de seguridad de Venezuela, desde que el 27 de junio pasado sobrevoló Caracas en un helicóptero policial y lanzó cuatro granadas contra el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el Ministerio de Interior.

El ataque, que no dejó víctimas, ocurrió en medio de una ola de protestas contra el mandatario Nicolás Maduro, que dejó 125 muertos entre abril y julio de 2017.

Desde ese momento el rostro de este piloto, buzo y paracaidista, fue portada de los medios venezolanos y se dio a conocer internacionalmente. Revolucionó las redes sociales, donde invitó a los venezolanos salir a las calles en rechazo al gobierno. Para los oficialistas fue un ‘terrorista’, para la oposición, se convirtió en un ‘símbolo’ de la lucha y la resistencia.

El pasado diciembre se le atribuyó el asalto a un cuartel militar localizado en el estado Miranda, donde su agrupación se sustrajo armas.

El expolicía logró huir de los continuos operativos policiales y hasta de una orden de captura de Interpol, emitida por el régimen.

El operativo
Sin embargo, ahora no tuvo la misma suerte. A las 04:30 de la madrugada del lunes se inició el operativo policial y militar para capturar a Pérez y su grupo rebelde. Todo se supo por las publicaciones en redes sociales (Twitter e Instagram) que hacía el mismo piloto.

En las difusiones, 15 en total, el piloto acusó a las autoridades de querer matarlos con lanzagranadas, pese a que querían entregarse.

Los grupos tácticos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y Dirección Contra Inteligencia Militar (Dgcim) fueron los encargados del operativo.

Entre explosiones de granadas y disparos amanecieron los vecinos del kilómetro 16 de El Junquito, donde se atrincheró el exagente y hasta donde se desplegaron más de 150 uniformados.

Hubo un momento de tregua exigida por Pérez para entregarse. Y cuando el grupo policial se acercó a la vivienda para concretar la entrega, fueron atacados con fusiles AK-103, contó un efectivo que participó en el despliegue. “Allí respondimos”, acotó el agente a medios locales, que dijo que ante el ataque, lanzaron granadas que le ocasionaron la muerte a Pérez y a seis personas que se encontraban en la vivienda, incluyendo una mujer. (I)