El Instituto de Macroeconomía e Investigaciones sobre la Coyuntura (IMK) de la Fundación Hans Böckler considera que se necesitan aumentos claros y continuados en los salarios alemanes como uno de los instrumentos para combatir la crisis del euro.

El director del IMK, Gustav Horn, sostiene que actualmente los salarios en Alemania deberían estar un 16 por ciento por encima del nivel actual, debido a la contención que ha habido en la última década, que sólo empezó a romperse el año pasado.

El IMK no propone un alza inmediata del 16 por ciento, que sería impracticable, pero si alzas anuales cercanas al 3,0 por ciento durante los próximos años para estimular el consumo y las importaciones de otros países europeos.

Por una parte, dijo Horn, "los salarios son costes para las empresas y pueden disminuir los beneficios o incluso, si son demasiado altos, quitarles toda rentabilidad".

"Sin embargo, hay otro aspecto que suele perderse de vista y es que los salarios son los ingresos de los trabajadores. Con un aumento de los salarios aumenta el consumo y eso afecta positivamente a la economía", agregó el economista.

Actualmente, los costes salariales alemanes están sólo un poco por encima del promedio de la UE y Alemania ocupa el séptimo lugar. En ello, sin embargo, hay una matiz y es que mientras que, según Horn, los salarios en la industria están claramente por encima del promedio europeo, en el sector de servicios están sólo ligeramente por encima de éste.

La diferencia entre el nivel salarial de los dos sectores está en torno al 20 por ciento y, según Horn, es mayor en Alemania que en cualquier otro país comparable. "Lo habitual es que los salarios en el sector de servicios estén un poco por encima", explicó.

Lo decisivo ha sido la evolución de los costes unitarios del trabajo -que establecen la relación entre los costes salariales y la productividad- que han estado claramente por debajo del promedio de la eurozona. Mientras que entre 2000 y 2012 los costes unitarios del trabajo subieron en Alemania en promedio sólo un 0,7 por ciento anual, en el mismo periodo en la eurozona han tenido un alza promedio del 1,8 por ciento al año.