Estudiantes chilenos desafían a Piñera y realizan paro nacional
Santiago de Chile.-
Con lluvia, miles de estudiantes chilenos salieron ayer a la calle a exigir la educación pública gratuita, lo que generó nuevos enfrentamientos con efectivos policiales que los reprimieron con gases lacrimógenos y chorros de agua.
Los incidentes se desarrollaron hacia el final de más de una docena de marchas simultáneas que comenzaron bajo la lluvia y cuyo denominador común fue la convergencia hacia los municipios y la entrega a los alcaldes de las demandas estudiantiles, en el marco de un paro nacional convocado por los alumnos de secundaria.
La medida, que cuenta con el respaldo de los universitarios, fue la culminación de tres semanas de movilizaciones que han incluido tomas de colegios, desalojos policiales, retomas de los establecimientos y manifestaciones callejeras que han sido duramente reprimidas por la Policía, con un balance de centenares de detenidos.
En el centro de Santiago, los disturbios surgieron tras una manifestación que reunió a más de 3.000 jóvenes en la Plaza de Armas, frente a la alcaldía, cuando varios grupos pretendieron marchar por la Alameda Bernardo O’Higgins y algunas calles aledañas.
Tras las advertencias por altavoces, la Policía disolvió con chorros de agua y gases a los jóvenes, que respondieron con piedras.
En Providencia la situación fue similar, aunque en este caso la Policía arremetió contra unos 5.000 jóvenes congregados frente al municipio antes de que pudieran entregar sus demandas en la alcaldía.
También hubo presencia masiva de jóvenes en los sectores de Ñuñoa y Maipú, en Santiago, así como en algunas ciudades, como Valparaíso, Valdivia, entre otras.
Hacia las 14:00 horas locales (18:00 GMT) no se había informado de lesionados o detenidos y las autoridades policiales calificaron los disturbios como aislados.
En el Palacio presidencial La Moneda, el gobernante Sebastián Piñera minimizó la protesta, mientras subrayaba “el compromiso” de su gobierno con la educación.
El portavoz del gobierno, Andrés Chadwick, por su parte, dijo que “se trata de grupos chicos” y consideró que las movilizaciones “ya tienen cansado al país”.
Los estudiantes chilenos luchan desde el año pasado por una educación pública, gratuita y administrada en el nivel básico y secundario por el gobierno y no por los municipios, como en la actualidad.
A nivel universitario buscan el fin del lucro que hay en muchos centros privados y de los altos costes de las carreras, que deben solventar con créditos del sistema financiero.
El gobierno ha respondido con ofertas de créditos más baratos, más becas y una reforma tributaria que se debate en el Congreso, que busca recaudar hasta 1.000 millones de dólares para la educación, pero se niega a los cambios estructurales del sistema que exigen los estudiantes.