España reconoce riesgos de contagio con Grecia
El ministro español de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, reconoció ayer que hay riesgos bastante evidentes de que países como España, Portugal e Italia puedan verse contagiados por la situación que vive Grecia.
“En el club del euro, que es un club de países y de sociedades comprometidas con la estabilidad económica, todos debemos respetar esas reglas y explicárselas a la opinión pública”, señaló.
Esas reglas de estabilidad económica, añadió Montoro, son las que convienen a todos los países europeos para crecer y tener prosperidad, cohesión social y, sobre todo, empleo.
Por ello, el funcionario consideró lamentable que en determinados países esas normas no sean aceptadas. “Ojalá lleguemos a esa convicción. No haremos progresar el euro sobre las imposiciones de unos a otros. Europa es un club de voluntarios, estamos en Europa porque nos interesa ser europeos y progresar en la integración en Europa”, añadió.
Mientras tanto, la Eurozona aumentó ayer la presión sobre Grecia, antes de decidir si da luz verde a un gigantesco rescate para salvar de la quiebra a un país al que ya varios dirigentes proponen excluir del bloque monetario.
Los 17 países de la Eurozona postergaron al próximo lunes la cumbre de los ministros de Finanzas para decidir un gigantesco rescate (130.000 millones de euros) para Grecia, aduciendo que ese país aún no cumplió con las condiciones para el desembolso de la ayuda a Atenas, cuya situación analizarán hoy en teleconferencia.
De la votación depende además el plan para reducir la deuda griega de un 160% del PIB en la actualidad a un 120% hacia 2020, gracias a una quita de 100.000 millones de euros (de un total de 350.000 millones) que Grecia negocia con sus acreedores privados (bancos y fondos de inversiones).
Los datos económicos siguen siendo pésimos en Grecia. La oficina de estadísticas divulgó ayer que el Producto Interior Bruto (PIB) griego se desplomó un 7% en el cuarto trimestre de 2011, en términos interanuales y el país ingresó en su quinto año de recesión, con un desempleo que golpea a más del 20% de la población activa.
Pero en las próximas horas el Gobierno de coalición griego, que encabeza Lucas Papademos, deberá detallar un recorte adicional de 325 millones de euros y garantizar que los dirigentes de los partidos del Gobierno de coalición (socialistas y conservadores) aplicarán, en caso de que uno de ellos gane las elecciones de abril, las duras medidas de austeridad exigidas por Bruselas.
El Parlamento aprobó el domingo los ajustes exigidos por la “Troika”, desoyendo las protestas marcadas por enfrentamientos que dejaron varios edificios de Atenas reducidos en cenizas. Hoy, en cambio, un grupo de pensionistas marchó por las calles de Atenas para rechazar el mencionado paquete de austeridad.
Si bien Alemania y la Comisión Europea (CE) saludaron la votación del Parlamento, no hay aún señales claras de que el rescate será aprobado. Incluso, hartos de las promesas rotas, se suman los países que hablan abiertamente de reducir la Eurozona a 16 miembros.
El ministro de Finanzas de Luxemburgo, Luc Frieden, en Washington, manifestó que si Grecia no cumple, ellos mismos se excluyen de la zona euro y si ese es el caso, “el bloque monetario debería continuar con 16 países”.