Una eventual llegada al poder del partido de izquierda radical Syriza supondría un punto de inflexión en Europa, donde otros movimientos antiliberales y antiausteridad esperan seguir su ejemplo, empezando por Podemos en España.

Syriza y Podemos tienen el mismo ADN: la oposición a una "Troika" (Banco Central Europeo, Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional) considerados responsables de los males de Europa y el rechazo de la corrupción que protagoniza diversos casos en ambos países.

"El fin de la impunidad para los corruptos y la recuperación de la soberanía son nuestros ejes fundamentales", insistió este lunes en rueda de prensa una de las fundadoras de Podemos, Carolina Bescansa.

Por ello, en España se sigue de cerca la campaña para las legislativas del 25 de enero en Grecia, en la perspectiva de los comicios locales españoles en mayo y de las elecciones generales en noviembre.

En un momento en que Podemos también ha superado en intención de voto en varios sondeos recientes a los dos grandes partidos tradicionales, conservadores y socialistas, una posible victoria de Syriza se ve "con una mezcla de ilusión y de prudencia", dice Jorge Lago, miembro de su Consejo de Ciudadanos, su órgano de dirección.

"Ilusión por ver que hay alternativas a las políticas de austeridad que pueden tomar el poder en Europa [...] pero con preocupación por la respuesta que puedan tomar ante eso las entidades que no han sido elegidas democráticamente, muchas de ellas como el Banco Central Europeo (BCE) o el FMI, en definitiva la troika, que ya se están posicionando claramente en una política del miedo", acusa.

Un diagnóstico común

Syriza y Podemos tienen "trayectorias distintas", subraya Jorge Lago.

Fundada a principios de los años 2000, Syriza, que reúne a grupos social-demócratas, antisistema o exmarxistas o trotskistas, se asemejan más en España a la coalición eco-comunista Izquierda Unida, prácticamente desaparecida en los sondeos por la irrupción de Podemos.

Nacido hace apenas un año llamando a la "unidad ciudadana frente a la austeridad", Podemos evita etiquetarse como de izquierdas pese a unas políticas claramente marcadas.

Pero ambos partidos "comparten de manera muy clara un mismo diagnóstico: que las políticas de austeridad tienen que acabar ya" en estos países con tasas de desempleo récord, "y que el problema de la deuda se tiene que empezar a pensar desde otros ángulos", añade Lago, cuya formación propone una auditoría para una posible reestructuración de la deuda, que alcanzaba 96,8% del Producto Interior Bruto (PIB) a finales de septiembre.

En Grecia, la renegociación con los acreedores (UE y FMI) del programa de ayuda y una quita parcial de la deuda pública (175% del PIB) centra el programa político de Syriza.

Es la visión de una Europa "sin austeridad, una Europa donde la izquierda jugará un papel activo" lo que los acerca, dice Anna Filini, dirigente y candidata de Syriza.

La trayectoria de ambos partidos responde a "un mismo fenómeno", cree Lluis Orriols, profesor de Ciencias

Políticas en la universidad Carlos III de Madrid, que responde no sólo a la crisis económica, sino a una "crisis económica dentro de un contexto de moneda única" que "en los países deudores, como España o Grecia, ha limitado su capacidad de plantear políticas alternativas".

"Hay percepción dentro de la sociedad de que estos partidos políticos pueden ser una solución, pero no sólo a la crisis económica, sino que puede ser una solución a la crisis democrática", añade.

Una victoria de Syriza en Grecia sería "muy importante tanto para Podemos como el resto de partidos anti-establishment" europeos, subraya José Ignacio Torreblanca, miembro del grupo de reflexión Consejo Europeo de Relaciones Internacionales (ECFR). "Significaría que existe una posibilidad real" de que gobiernen, "que no es un proyecto utópico", señala.