Una nueva herramienta busca rellenar el vacío de información que rodea la participación de la mujer en la agricultura y medir el impacto que tienen los proyectos de desarrollo en su empoderamiento, según varias expertas.

El llamado Índice para el empoderamiento de las mujeres en la agricultura, presentado este viernes 16 de abril en Roma, ha sido desarrollado por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y la Universidad británica de Oxford.

La investigadora del IFPRI Hazel Malapit subrayó en un acto que se necesitan indicadores que puedan medir el grado de empoderamiento femenino, concepto que significa "reforzar la habilidad de esas personas para que puedan tomar elecciones de vida estratégicas y ponerlas en marcha".

"Muchos proyectos no empoderan necesariamente a las mujeres, sino que solo llegan a ellas y les proporcionan beneficios con vistas a mejorar su bienestar", afirmó Malapit, que insistió en la necesidad de conocer lo que funciona y lo que no.

El nuevo índice ya ha sido probado en trece proyectos de cooperación en África subsahariana y en el sur de Asia para diagnosticar problemas de desigualdad de género, diseñar estrategias que corrijan esas deficiencias y evaluar los resultados.

La directora de Investigación de la fundación Grameen, Bobbi Gray, recalcó la importancia de usar nuevas herramientas para que la ayuda al desarrollo sea "más efectiva".

Su organización, especializada en microcréditos y promovida por el premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, considera que hace falta llegar mejor a las mujeres tras comprobar que estas realizan numerosas tareas en el hogar y apenas tienen libres dos horas al día para dedicarse a generar ingresos.

Asimismo, Gray hizo referencia al problema de los hombres que se ven sin posibilidad de obtener préstamos ante el exceso de programas dirigidos solamente a mujeres.

La coordinadora del proyecto conjunto de la ONU para acelerar el progreso hacia el empoderamiento económico de las mujeres rurales, Azzurra Chiarini, criticó la información "limitada" que existe sobre la aplicación práctica de los programas de desarrollo y su efecto en la población femenina.

La iniciativa que lidera ha apoyado a unas 300.000 agricultoras en Etiopía, Guatemala, Liberia, Nepal, Níger, Kirguistán y Ruanda, promoviendo las asociaciones de mujeres y créditos que generen más oportunidades económicas.

"También tenemos por objetivo influir en las políticas públicas colaborando con los gobiernos de los países en los que actuamos", dijo Chiarini.

Según un reciente informe de ONU Mujeres, resulta "desalentador" ver el seguimiento que se está haciendo de las cuestiones de género en el proceso de medición de los Objetivos de Desarrollo Sostenible pactados por la comunidad internacional para 2030.

Solo 10 de los 54 indicadores relacionados con las mujeres se pueden supervisar a nivel mundial, frente al resto de lagunas que existen por falta de metodología o voluntad de los países.

De media, las mujeres de todo el mundo cobran un 23% menos que los hombres, una brecha que tardará en cerrarse 68 años si no se toman acciones, según la ONU, que recuerda que ellas siguen realizando 2,6 veces más que ellos trabajos domésticos y sin remunerar. (I)