Emergencia en el Cuerno de África
La ONU declaró ayer oficialmente la hambruna en Somalia, algo inédito en este país durante los últimos veinte años, y pidió a la comunidad internacional 300 millones de dólares para “salvar vidas”.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) reconoció ayer que la falta de alimentos golpea a dos regiones de Somalia, Bakool y Baja Shabelle, controladas por rebeldes islamitas, debido sobre todo a la sequía, la peor en sesenta años, que ya ha dejado en situación desesperada a millones de personas en el Cuerno de África.
Casi la mitad de la población somalí, unos 3,7 millones de personas, está en una situación de crisis humanitaria, de los cuales 2,8 millones residen en el sur, según datos facilitados por las Naciones Unidas.
Según la ONU, la crisis alimentaria en la región incluye también a Yibuti (120.000 habitantes), Etiopía (4,5 millones) y Kenia 3,5 millones).
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con sede en Roma, estimó que alrededor de 12 millones de personas requieren asistencia de emergencia en el Cuerno de África y evaluó en 120 millones de dólares los aportes necesarios de la comunidad internacional para garantizar la ayuda.
“Cada día que nos retrasemos en prestar asistencia es, literalmente, cuestión de vida o muerte para los niños y sus familias en las áreas afectadas por la hambruna”, aseguró el coordinador de la OCHA, Mark Bowden, en Nairobi. “Si no actuamos ahora -advirtió-, la hambruna se extenderá a las ocho regiones del sur de Somalia en los próximos dos meses, debido a las pobres cosechas y a los brotes de enfermedades infecciosas”.
El Gobierno somalí expresó su esperanza de que el reconocimiento de la gravedad de la situación en esas regiones ayude a limitar las carencias, acelerando los envíos de alimentos y medicinas.
La ONU aclaró ayer que una hambruna se declara técnicamente cuando se combinan las siguientes variables: el índice de malnutrición aguda entre los niños supera el 30%, más de dos personas -por cada 10.000 habitantes- mueren al día y la gente carece de acceso a alimentos y otras necesidades básicas.
Bowden remarcó que en Somalia los índices de malnutrición son actualmente los más altos del mundo, y precisó que en algunas zonas de Bakool y Baja Shabelle se registran más de seis muertes diarias, por cada 10.000 habitantes, de niños menores de cinco años.
Bakool y Lower Shabelle están controladas por los insurgentes Shebab, que se reivindican próximos a la red Al Qaeda.
Esas milicias expulsaron hace dos años a las organizaciones internacionales de ayuda humanitaria, acusándolas de ser espías occidentales y cruzados cristianos, pero hace poco anunciaron que levantaron algunas restricciones y la ONU envió la semana pasada material humanitario por avión.