Isla de Giglio-Italia.-

Los buzos encargados de buscar a los desaparecidos que podrían permanecer aún atrapados en el crucero que naufragó el viernes, frente a la isla italiana del Giglio, prosiguen sus tareas con creciente pesimismo tras el hallazgo de dos cadáveres en las últimas horas.

El descubrimiento de los dos cuerpos ha sido devastador después de que horas antes fueron halladas con vida tres personas que permanecían en el interior de la embarcación, lo que había aumentado las esperanzas de encontrar más supervivientes.

La embarcación, en la que viajaban 4.229 personas y que encalló en un banco de arena a unos setenta metros de la costa de la isla, yace inclinada sobre su lado derecho, lo que dificulta las operaciones.

Al llegar a la isla en uno de los barcos que la conectan con la localidad de Puerto Santo Stefano, lo primero que llama la atención es ver cómo el flanco de babor es la única superficie de la nave que aflora por encima del agua, en horizontal, junto a la parte del casco, en el que se aprecia una enorme grieta y una inmensa roca que ha quedado incrustada en él.

Algunos de los botes salvavidas penden de la cubierta de babor, son los que no pudieron ser utilizados durante la caótica evacuación.

Desde la isla se divisa perfectamente la cubierta en posición vertical y una pista de tenis, la terraza o un tobogán acuático del que fuera el “Coloso del Mediterráneo”, el buque más grande del mundo que hasta ahora haya naufragado.

Una imagen sobrecogedora que permite entender la magnitud de la tragedia que se vivió el viernes y que ha hecho evocar a algunos de los pasajeros el histórico hundimiento del Titanic, engullido por las aguas del Atlántico entre la noche del 14 y el 15 de abril de 1912.

Peleas por salvavidas

El terror se apoderó de los pasajeros del Costa Concordia a la hora de la cena: primero hubo un fuerte sacudón, luego las luces se apagaron y en pocos minutos quienes estaban a bordo comprendieron que había ocurrido algo muy grave en  medio de la noche, mientras el crucero navegaba en aguas gélidas.

En el momento en que se escucharon las siete pitadas cortas y una larga que indican la orden de "abandono de la nave", el gigantesco Concordia se encontraba cerca de la Isla del Giglio (frente a la costa de la Toscana) mientras tras un largo paseo en el Mediterráneo estaba regresando a su "casa", el puerto de Savona, cerca de Génova.

A medida que iba quedando claro que la tripulación no tenía idea sobre qué hacer, el pánico tomó rápidamente el lugar de las vacaciones, el lujo y la tranquilidad: algunos botes de salvataje quedaban amarrados donde estaban y nadie los bajaba, los pasajeros "se robaban" los salvavidas entre sí. El telón de fondo fue el miedo, los gritos y los llantos.

Un buque cisterna se hundió en Albania

Dos marineros han muerto y el capitán se encuentra desaparecido al naufragar un barco cisterna frente a la costa albanesa del mar Adriático.

El Edirne, con bandera de Sierra Leona, se hundió pocos minutos después de incendiarse a seis millas del puerto de Porto Romano, en el norte de Durres, en el oeste de Albania.

La tripulación restante -12 marineros, de nacionalidad azerbaiyana, georgiana, turca y ucraniana- fue rescatada y trasladada al hospital de Durres para recibir asistencia médica. Según fuentes sanitarias, no se teme por la vida de ninguno de ellos.