El rescate financiero no calma las turbulencias del mercado español
La desconfianza se propaga por la zona euro, mientras los mercados siguen sin digerir bien el rescate financiero de hasta 100.000 millones de euros que la Unión Europea (UE) se ha comprometido conceder al gobierno español de Mariano Rajoy para sanear la banca.
La prima de riesgo española (el sobreprecio exigido por los inversores por comprar deuda española en lugar de alemana, la más segura en Europa), mantuvo ayer una escalada llegando a tocar los 543 puntos básicos. Sin embargo, al final del día la prima cerró en 520 puntos y el rendimiento del bono a 10 años se fijó en 6,67%.
El rendimiento que se exige a la deuda soberana es una medida de la confianza del mercado en su solvencia y se considera que, por encima del 7%, la carga de los intereses puede ser insoportable. Grecia pidió su primer rescate (mayo de 2010) cuando llegó a 8,5%, igual nivel que Portugal en abril de 2011. Sin embargo, a Irlanda le bastó tocar el 8,1% (noviembre de 2010) para pedir ayuda internacional.
“La situación de España es peor que la semana pasada”, dijo Nordine Naam, estratega de deuda de Natixis, para quien el plan de ayuda anunciado el sábado no ha disipado los temores sobre la situación del país.
Al contrario ha suscitado más preguntas que respuestas, dicen los operadores en las salas de los mercados. El efecto positivo del plan de rescate decidido el sábado para los bancos españoles, que podría ascender a 100.000 millones de euros, fue efímero.
“Desde entonces se ha redoblado la incertidumbre sobre el financiamiento y hubiera sido mejor que los responsables anunciaran un plan detallado para evitar estas interrogaciones”, dijo Naam.
Los analistas apuntan a las dudas en torno a la ayuda europea, después de que la Comisión Europea (CE) aseguró el lunes que aún se desconoce de cuál de los dos fondos de rescate europeos se sacará el dinero para prestar a los bancos españoles: si del denominado Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) o del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que sustituirá al primero a partir de julio.
Por su parte, el gobierno de Rajoy no tiene previsto formalizar un número preciso del dinero requerido hasta que reciba a mediados de este mes los informes de los dos auditores externos que contrató para que valoren el déficit que ha dejado en los bancos el estallido de la burbuja inmobiliaria.
Luego de esto España espera que el préstamo se concrete en la próxima reunión de los ministros de Finanzas del Eurogrupo, del 21 de junio. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), los bancos españoles necesitan 40.000 millones de euros para sanearse.
El vicepresidente del Banco Central Europeo, Vítor Constancio, confía en que los mercados reconocerán con el tiempo que la ayuda al sector financiero “ha contribuido a estabilizar la situación en España”.
No obstante, el profesor David Bach, del Instituto de Empresa de España, considera que el rescate no resuelve el gran problema del Gobierno español de cómo balancear su déficit presupuestario, que fue del 8,9% el año pasado
Pero como las malas noticias no llegan solas, la desconfianza en la deuda soberana española se vio ayer alimentada por la agencia de calificación crediticia Fitch, que rebajó las notas a 18 bancos españoles, tras la degradación la víspera de las dos mayores entidades españolas, Santander y BBVA, y de la nota soberana de España la semana pasada.
Fitch advirtió que las carteras de crédito de algunos bancos podrían degradarse más, en particular las expuestas al sector inmobiliario, por lo que en la situación actual podría dificultar su financiación.
Entre las entidades degradadas figura CaixaBank, tercer banco del país en términos de capitalización, que pierde dos escalones, a “BBB”. cuarta entidad del país por capital, pierde un escalón, a “BBB-”.
En cuanto a Bankia, cuyo rescate público por cerca de 23.500 millones de euros aceleró la crisis de la banca española, también fue degradada en un escalón, situándose en “BBB”. La agencia de calificación auguró que el gobierno de Mariano Rajoy no será capaz de cumplir sus objetivos de déficit en 2012 y 2013.